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El Populista

López Obrador se formó en el priismo de los años setenta, cree que la obligación primera del gobierno es ser el gran benefactor.

SOMOS LO QUE HACEMOS

López Obrador se formó en el priismo de los años setenta, cree que la obligación primera del gobierno es ser el gran benefactor; el problema es que al ser finitos los recursos públicos no se puede sostener permanentemente políticas paternalistas; México requirió de más de una década, 1982-1994, para corregir los errores de dos sexenios populistas, el de Luis Echeverria y el de López Portillo. Fue en ese periodo que una generación nueva de políticos, llamados tecnócratas, se hizo cargo del PRI, lo que resultó en la creación del Frente Democrático Nacional encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo, que abandonaron al PRI y fundaron, después de la elección de 1988, el PRD.

Años después, al no haber obtenido la candidatura del PRI a la gubernatura de Tabasco se les unió López Obrador. Cuando Andrés Manuel perdió el control interno del PRD fundó MORENA, se radicalizó y se convirtió en el político populista que hoy gobierna, uno que basa su discurso en medidas que en fondo no mejoran a nuestra gente, pero encaminadas en despertar la aceptación de los votantes, basa su estructura en la denuncia constante de los males que encarnan las clases privilegiadas; al igual que Maduro, Evo Morales, Lula da Silva o Cristina Fernández, por cierto, países con economías que atraviesas severas crisis ocasionadas por el populismo con el que se les gobernó, que dilapidaron años de crecimiento económico financiado por los excedentes petroleros, que de haber sido utilizados en inversión pública productiva y no en el subsidio a la gasolina de los países adscritos a la ideología chavista, o en la expansión del gasto público ocultándolo de la contabilidad oficial como en el caso brasileño. ¿Qué decir de Evo, que reformó la Constitución para poder continuar en la presidencia hasta el 2025, o de la viuda de Kichner que dejó Argentina hundida en una profunda crisis? lástima, los argentinos son su propio tango, ni Astor Piazzola lo hubiera escrito mejor.

Debemos tener claro los resultados de políticos populistas, Venezuela, Argentina y Bolivia, tuvieron las condiciones políticas y sociales que hoy imperan en nuestro país y que son propicias para que un amplio sector de la población busque en la figura de un caudillo la solución a nuestros problemas; hoy debemos tener presente, que sin los contrapesos necesarios, una sociedad basada en la vertebración, la independencia de los tres poderes y la responsabilidad de los actores políticos, nuestro país pudiese repetir el fracaso argentino y venezolano.

¿Qué dirán hoy quienes encontraron en el chavismo la mejor alternativa para nuestro país?, ¿Opinarán lo mismo de Maduro?, ¿Dónde están los intelectuales y políticos de “izquierda” ante la bancarrota argentina o la rampante corrupción de Lula Da Silva?, nuestro país tiene serios problemas, pero afortunadamente no son ni siquiera comparables con los que estas tres economías, administradas en el pasado reciente a través de un populismo irresponsable, atraviesan hoy en día.

López Obrador ya no tiene ni margen para cambiar la Constitución ni más recursos que dilapidar, el daño a la economía es enorme, llegaremos al 2024 con la oportunidad de acabar con este mal gobierno, aunque algunos gobernantes chiquitos afirmen que es el mejor presidente de la historia.

Bonilla, un populista idiota, hizo pedazos a nuestro estado en tan sólo dos años, no debemos permitirles más daño. El tiempo pondrá a cada quien en su lugar.

* El autor es Ex Presidente del Centro Empresarial Coparmex Tijuana.

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