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Caminar en ayunas o después de comer: qué dice la evidencia y cómo aprovecharlo mejor

Caminar es una actividad sencilla y accesible que aporta beneficios a la salud tanto en ayunas como después de comer.

Caminar en ayunas o después de comer: qué dice la evidencia y cómo aprovecharlo mejor

CIUDAD DE MÉXICO.- Caminar es una actividad accesible y fácil de incorporar a la vida diaria. No requiere equipo especial ni entrenamiento previo. Puede practicarse en ayunas o después de comer, y en ambos casos ofrece beneficios para la salud física y mental. La diferencia está en cómo responde el cuerpo y en qué objetivo persigue cada persona.

A continuación, se presenta la información clave para que usted decida cómo y cuándo caminar, con base en lo que señalan expertos y estudios recientes.

¿Por qué caminar es una herramienta útil para la salud?

Caminar activa el cuerpo de forma gradual y constante. Ayuda a mantener el movimiento diario, mejora la circulación y contribuye al equilibrio metabólico. Especialistas coinciden en que su mayor valor está en la constancia y en la facilidad para adaptarla a distintas rutinas.

Lejos de rutinas intensas o ejercicios complejos, caminar permite sumar actividad física sin elevar de forma excesiva el estrés del organismo.

Caminar en ayunas: qué ocurre en el cuerpo

Cuando se camina sin haber ingerido alimentos, el organismo no cuenta con carbohidratos disponibles de forma inmediata. En ese contexto, utiliza las grasas como fuente de energía. Este proceso puede favorecer la flexibilidad metabólica y apoyar la reducción de grasa corporal.

Sin embargo, expertos de Harvard Health advierten que entrenar en ayunas no es adecuado para todas las personas. Señalan que esta práctica puede aumentar la fatiga, disminuir el rendimiento y elevar el riesgo de pérdida de masa muscular si no se maneja con cuidado.

Un estudio publicado en Sports Medicine indica que la caminata en ayunas puede potenciar el uso de grasa como energía, pero también subraya la importancia de ajustar la intensidad y la duración según las condiciones individuales.

Riesgos y recomendaciones al caminar sin comer

Especialistas advierten que caminar sin haber ingerido alimentos puede generar cansancio temprano y afectar la recuperación muscular. Por ello, recomiendan que esta práctica sea de baja intensidad y se complemente con una alimentación equilibrada durante el resto del día.

Según GQ, caminar es una alternativa de bajo impacto que permite obtener algunos beneficios del ejercicio en ayunas sin provocar hipoglucemia ni elevar de forma marcada el cortisol, siempre que se realice de manera moderada.

Caminar después de comer: beneficios digestivos y metabólicos

Caminar tras las comidas ofrece ventajas claras para la digestión. Esta práctica estimula el movimiento intestinal, facilita el tránsito de los alimentos y reduce la sensación de pesadez y distensión abdominal. También disminuye la probabilidad de estreñimiento.

Además, una caminata breve después de comer ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre. Este efecto resulta relevante para la prevención de la diabetes tipo 2 y para personas con resistencia a la insulina, de acuerdo con el estudio publicado en Sports Medicine.

Efectos en la circulación y el descanso

La caminata posprandial también favorece la circulación, contribuye a mantener estable la presión arterial y ayuda a relajar el cuerpo antes del descanso nocturno. Estos efectos la convierten en una opción útil para cerrar el día con movimiento ligero y constante.

¿Existe un mejor horario para caminar?

Especialistas citados por GQ coinciden en que “no hay un momento perfecto, depende más de tu disponibilidad de tiempo y tus objetivos”. La evidencia sugiere que el beneficio principal proviene de la regularidad, no del horario.

Recomiendan repartir caminatas cortas a lo largo del día para alcanzar entre ocho mil y diez mil pasos diarios. Esta estrategia facilita la adaptación a distintos estilos de vida y permite mantener el cuerpo activo sin interrupciones largas.

Cómo integrar la caminata a su rutina diaria

Incorporar caminatas por la mañana, después de las comidas o en ambos momentos es una forma práctica de aumentar la actividad física diaria. La clave está en escuchar al cuerpo, ajustar el ritmo y mantener la constancia.

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Caminar, ya sea en ayunas o después de comer, sigue siendo una opción sencilla para cuidar la salud. Adaptarla a sus necesidades y hábitos puede marcar una diferencia sostenida en el bienestar físico y mental.

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