¿Por qué la música provoca escalofríos y “piel de gallina”? La ciencia explica qué pasa en tu cerebro
Estudios de neurociencia revelan por qué algunas personas sienten una fuerte emoción física al escuchar ciertas canciones y otras no
CIUDAD DE MÉXICO.- La música ha acompañado a la humanidad desde tiempos remotos y sigue despertando preguntas clave para la ciencia. Una melodía puede activar recuerdos, cambiar el estado de ánimo o provocar una reacción física inmediata, como escalofríos o la conocida “piel de gallina”. Sin embargo, no todas las personas viven esta experiencia de la misma forma. Mientras algunas reconocen una canción en segundos y sienten una emoción intensa, otras la escuchan sin una reacción notable.
Lejos de tratarse solo de gustos personales, la neurociencia ha demostrado que estas diferencias tienen una base biológica clara en el cerebro.
Esta información fue proporcionada por El Heraldo de México, con base en estudios científicos y fuentes académicas internacionales.
¿Por qué se te pone la “piel de gallina” cuando escuchas música?
La “piel de gallina”, conocida en términos científicos como reflejo pilomotor, ocurre cuando pequeños músculos en la base de los folículos pilosos se contraen de forma automática. Este reflejo suele relacionarse con el frío o el miedo, pero también aparece ante estímulos emocionales intensos, como una canción que resulta especialmente significativa.
En el caso de la música, la reacción no depende solo del ritmo o del volumen. Lo determinante es el significado emocional que el cerebro le atribuye al sonido. Esa interpretación es la que activa respuestas físicas involuntarias.
El estudio que analizó los escalofríos musicales
El fenómeno de la respuesta emocional intensa a la música comenzó a estudiarse con mayor detalle cuando Matthew Sachs, investigador asociado a la Universidad de Harvard, encabezó una investigación centrada en personas que aseguraban experimentar escalofríos al escuchar música.
El estudio se realizó con 20 estudiantes universitarios divididos en dos grupos. Diez afirmaron sentir escalofríos de manera frecuente al escuchar su música favorita. Los otros diez señalaron no experimentar una reacción emocional fuerte. A todos se les practicaron resonancias magnéticas estructurales para analizar las conexiones internas de su cerebro.
Qué diferencias encontró la neurociencia en el cerebro
Los resultados mostraron diferencias claras entre ambos grupos. Las personas que experimentaban escalofríos presentaban una mayor densidad de fibras en el fascículo arcuato, una red de conexiones que enlaza la corteza auditiva, encargada de procesar los sonidos, con áreas vinculadas a la emoción y la recompensa, como la ínsula y la corteza prefrontal medial.
Estas conexiones permiten que el sonido se relacione de forma más directa con las emociones, lo que explica por qué ciertas personas reaccionan físicamente ante la música.
Qué dicen otros estudios sobre música y placer
Los hallazgos de Sachs fueron publicados en 2016 en una revista académica del grupo Oxford Academic y abrieron la puerta a nuevas investigaciones.
Estudios posteriores, como los realizados por la Universidad McGill en Canadá y difundidos en Nature Neuroscience, demostraron que la música placentera puede activar el sistema de recompensa del cerebro de forma similar a estímulos básicos como la comida o el sexo.
En estos experimentos se observó la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la motivación, justo antes y durante los momentos musicales que provocaban escalofríos.
La música como detonante de recuerdos y emociones
La música no solo activa emociones inmediatas, también funciona como un disparador de la memoria. Según especialistas de la American Psychological Association, la respuesta emocional a una canción está influida por factores como la genética, las experiencias tempranas, el contexto cultural y la memoria autobiográfica.
Una canción escuchada durante un momento clave de la vida puede adquirir un significado profundo y activar redes cerebrales relacionadas con el recuerdo y la identidad personal. Esto explica por qué una melodía puede transportar a una persona a un momento específico de su historia.
Los expertos coinciden en que no todas las personas reaccionan igual a la música y eso no implica que unas “sientan mejor” que otras. Las diferencias responden a cómo están conectadas ciertas áreas del cerebro y a la historia personal de cada individuo.
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