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“Su exnovio lo había dejado en un refugio tras separarse de ella”: Mujer rescata a su perro justo antes de que fuera sacrificado

Hoy, Max está en casa, a salvo, vivo y con quien nunca dejó de buscarlo, mientras el caso deja una pregunta abierta sobre cuántas vidas animales dependen aún de trámites mal verificados.

ESTADOS UNIDOS.- Una mujer fue absuelta de todos los cargos penales luego de irrumpir durante la noche en un refugio para rescatar a su perro, quien estaba programado para ser sacrificado a la mañana siguiente.

El caso, difundido ampliamente en redes sociales y medios locales, ha reavivado un intenso debate sobre los protocolos de entrega de animales, la verificación de propiedad y los vacíos legales que pueden poner en riesgo la vida de las mascotas.

La historia comenzó tras una ruptura sentimental. Durante meses, la mujer buscó a su perro Max, a quien consideraba desaparecido.

La sorpresa llegó cuando descubrió que su expareja lo había entregado a un refugio de sacrificio, sin su conocimiento ni consentimiento. Max ya tenía fecha y hora para la eutanasia.

Al llegar al refugio fuera del horario de atención y encontrarlo cerrado, tomó una decisión límite. Rompió una ventana, desactivó la alarma, recorrió las perreras y huyó con Max, consciente de que el tiempo se había agotado.

Un rescate desesperado que llegó a los tribunales

El refugio denunció el allanamiento y la policía presentó cargos por robo y allanamiento grave, respaldados por grabaciones claras de las cámaras de seguridad. Tres días después, la mujer se entregó voluntariamente ante las autoridades, llevando a Max con ella, y declaró que el perro le había sido robado desde el inicio.

Durante el juicio, su abogado presentó pruebas contundentes de propiedad, entre ellas registros veterinarios, fotografías y el registro del microchip.

El tribunal determinó que el exnovio no tenía ningún derecho legal para entregar al animal y que actuó por venganza personal.

El juez retiró todos los cargos penales contra la mujer, ordenó el arresto del exnovio por robo y entrega ilegal del animal, y dispuso que Max fuera devuelto oficialmente a su dueña.

No obstante, ella sí enfrentó sanciones civiles por los daños materiales al refugio, las cuales pagó sin objeciones, afirmando que romper esa ventana salvó la vida de su perro.

En redes sociales, la reacción fue inmediata. Entre los comentarios más destacados se leía:

“Ella es una heroína”, “Cárcel para su exnovio” y “Quiero ser su amiga, qué valiente”.

Hoy, Max está en casa, a salvo, vivo y con quien nunca dejó de buscarlo, mientras el caso deja una pregunta abierta sobre cuántas vidas animales dependen aún de trámites mal verificados.

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