MÉXICO-. Un video compartido en redes sociales ha conmovido a miles de usuarios al mostrar un gesto tan simple como poderoso: el apoyo incondicional de un esposo al emprendimiento de su pareja.

La grabación, que rápidamente se volvió viral, retrata cómo un hombre decidió acompañar a su esposa en su negocio cuando notó que no estaba recibiendo muchos clientes.

De acuerdo con el clip, la mujer se encontraba atendiendo su local cuando su esposo, al ver la poca afluencia, tomó una decisión inesperada.

Compró un helado en el mismo establecimiento y comenzó a comérselo frente a las personas que pasaban, con la clara intención de antojarlas y atraer clientela. El lugar, aunque concurrido por peatones, no estaba generando ventas en ese momento.

La escena, lejos de ser planeada, reflejó una complicidad genuina. El hombre se mantuvo ahí, degustando el producto con naturalidad, mientras observaba a su alrededor, convirtiéndose en una especie de publicidad viva, impulsada únicamente por el cariño y el compromiso con el sueño de su esposa.

Un gesto que tocó fibras en Internet

Conmovida por lo que estaba viendo, la mujer decidió grabar el momento y compartirlo en redes sociales.

Acompañó el video con un mensaje que terminó por conquistar a los internautas:

“Mi esposo me compró un vasito y se está poniendo ahí para antojar a todos y que me compren. Mi mayor apoyo en todos mis sueños”.

Las reacciones no tardaron en llegar. Miles de usuarios aplaudieron la acción del hombre, destacando la importancia del respaldo emocional en cualquier proyecto personal o laboral.

En la sección de comentarios se leían mensajes como: “Valóralo, chica, Dios te bendiga”, “Espero que hayan llegado muchos clientes” y “Él vale la pena, amiga”.

Más allá del número de ventas que pudo haber generado, el video se convirtió en un recordatorio de que los pequeños gestos pueden tener un impacto enorme, no solo en un negocio, sino también en el ánimo y la motivación de quien emprende.

Al final, la historia tocó corazones porque mostró que, a veces, el mejor impulso para seguir adelante no es una gran inversión, sino alguien que cree en ti y se queda a tu lado, incluso con un helado en la mano.