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Comentarios sobre el cuerpo en Navidad: cómo afectan la salud emocional, según especialistas

Durante las reuniones navideñas, los comentarios familiares sobre el cuerpo y la comida pueden generar presión, ansiedad y culpa.

Comentarios sobre el cuerpo en Navidad: cómo afectan la salud emocional, según especialistas

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante diciembre y enero, muchas familias en México se reúnen para celebrar la Navidad. Las comidas abundantes y la convivencia prolongada forman parte de la tradición. Sin embargo, también aparecen comentarios sobre el cuerpo o los hábitos alimentarios. Estas situaciones afectan tanto a jóvenes como a adultos y suelen repetirse año con año en los hogares.

Lo que inicia como un encuentro festivo puede transformarse en un espacio de tensión emocional. Observaciones sobre el peso, la forma de comer o la insistencia en probar ciertos platillos colocan a muchas personas bajo presión social y emocional.

Por qué los comentarios familiares generan malestar

Las celebraciones activan emociones intensas. Un comentario sobre la apariencia física influye de forma directa en la percepción personal, sobre todo cuando proviene del entorno cercano. Quienes han vivido críticas constantes o tienen dificultades con la alimentación suelen ser más vulnerables.

La psicóloga general sanitaria Regina López, citada por Psicología y Mente, advierte que este tipo de mensajes “reactivan inseguridades aprendidas y perpetúan un clima de malestar en las celebraciones familiares”. La repetición de estas frases refuerza la autocrítica y la vigilancia constante del propio cuerpo.

Evaluación externa y presión social en la mesa

Estudios de psicología social señalan que la percepción corporal se vuelve más negativa cuando una persona anticipa ser evaluada. En contextos donde se idealiza la delgadez y se interpreta la flexibilidad alimentaria como un error, aumentan la comparación con otros y el control de la ingesta.

Las reacciones más comunes incluyen ajustar la ropa, vigilar lo que se come o sentir culpa al disfrutar los alimentos. Según especialistas, la abundancia de comida y la carga cultural de la Navidad incrementan el riesgo de conductas restrictivas o compensatorias.

Comer bajo presión: señales que el cuerpo manifiesta

Escuchar frases como “deberías comer menos” o “prueba esto” interfiere con las señales internas de hambre y saciedad. El cuerpo puede responder con tensión muscular, deseos de abandonar el espacio o la necesidad de restringir alimentos después del evento.

La psicóloga López Riego subraya que los entornos familiares influyen de manera directa en la regulación emocional y en la autopercepción. Cuando el cuerpo se convierte en tema de conversación pública, se diluyen los límites personales y se pierde la sensación de seguridad.

Ansiedad antes y después de las reuniones

El impacto no se limita al momento de la comida. La anticipación de comentarios incómodos genera ansiedad días antes de la reunión. Después, la tensión puede mantenerse en forma de culpa o insatisfacción corporal.

Psicología y Mente señala que el reto está en reconocer los propios límites y aplicar estrategias para proteger el bienestar emocional durante las fiestas.

Estrategias prácticas para cuidar el bienestar emocional

Una medida útil es preparar respuestas breves para frenar conversaciones sobre el cuerpo o la alimentación. Frases como “prefiero no hablar de ese tema” permiten marcar límites sin confrontación directa.

Ajustar las expectativas personales también ayuda a reducir la autovigilancia. Tomar descansos breves o retirarse por momentos del espacio compartido favorece la autorregulación emocional y permite reconectar con las señales reales del cuerpo.

El valor del apoyo y el autocuidado

Contar con personas respetuosas dentro del entorno familiar facilita el manejo del estrés. El acompañamiento reduce la sensación de aislamiento y mejora la experiencia social durante la Navidad.

Los especialistas advierten que intentar compensar la comida antes o después del evento suele aumentar la ansiedad. El cuerpo necesita estabilidad. Reconocer que estas fechas pueden generar malestar evita caer en una autocrítica constante.

Cuando buscar ayuda profesional

En algunos casos, el acompañamiento psicológico resulta clave para reconstruir la relación con la comida y establecer límites claros en el ámbito familiar. Pedir apoyo no es una señal de debilidad, sino una forma de autocuidado.

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Las reuniones navideñas no tendrían por qué girar en torno a la apariencia física ni al control alimentario. Un entorno respetuoso permite disfrutar las celebraciones sin presiones innecesarias. Cuidarse implica priorizar el bienestar propio, también durante las fiestas.

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