CIUDAD DE MÉXICO.- Investigadores del Instituto de Tecnología de Illinois revisaron 29 estudios publicados entre 2016 y 2025 para entender mejor cómo reacciona el cuerpo cuando una persona consume mango de forma regular. Su trabajo reunió señales importantes sobre la relación entre esta fruta y la saciedad, el control del peso y la regulación del azúcar en sangre.

Los especialistas reportaron que las primeras evidencias también apuntan a posibles efectos favorables en la salud del cerebro, el intestino y la piel. Aunque estos datos aún necesitan más investigación, el interés científico por el mango continúa en aumento.

“El creciente cuerpo de investigación identifica el papel prometedor del mango en el apoyo a la salud metabólica”, explicó Britt Burton-Freeman, directora del Centro de Investigación en Nutrición de Illinois Tech.

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¿El mango ayuda a controlar el hambre?

Una de las observaciones más consistentes en los estudios revisados es el impacto del mango en la sensación de saciedad. Un trabajo analizado comparó a adultos que consumieron 100 calorías de mango fresco frente a quienes comieron una galleta baja en grasa con el mismo aporte energético.

Las personas del grupo que comió mango reportaron sentirse más satisfechas dos horas después del consumo. Además, tras 12 semanas, mantuvieron su peso, mientras que el grupo que consumió galletas registró un aumento.

Este resultado sugiere que incorporar mango fresco como tentempié puede ayudarle a una persona a regular mejor el apetito y evitar el consumo excesivo de otros alimentos.

Control del peso: efectos observados en estudios recientes

Un estudio reciente realizado en la Universidad Estatal de Florida encontró resultados similares. Las personas que consumían mango diariamente redujeron su proporción cintura-cadera y presentaron menos grasa corporal, además de mayor masa magra, en comparación con quienes no lo comían.

Para el lector que busca opciones accesibles para el control del peso, estos datos indican que el mango puede funcionar como una alternativa práctica dentro de una dieta equilibrada. No es un sustituto de otros hábitos, pero sí una herramienta complementaria.

Impacto en la glucosa: ¿qué muestran los datos?

Los investigadores también registraron beneficios en el control del azúcar en sangre. La ingesta de mango se asoció con una mejor respuesta insulinica y una reducción de los niveles de glucosa en comparación con otros tentempiés habituales.

Un punto clave fue el aumento de adiponectina, una proteína vinculada a una mayor sensibilidad a la insulina y a una reducción de la inflamación. Este cambio podría explicar por qué algunas personas presentan mejores respuestas metabólicas tras incorporar mango a su dieta.

“Los hallazgos sugieren que el mango puede ser una valiosa adición a una dieta equilibrada, ayudando a regular la glucosa en sangre y a apoyar el control del peso”, añadió Burton-Freeman.

¿Tiene beneficios para el cerebro, el intestino y la piel?

Aunque la evidencia aún es limitada, los investigadores encontraron señales tempranas de que el mango podría influir en funciones relacionadas con la memoria, la salud intestinal y la piel. Estas áreas siguen en estudio, por lo que todavía no es posible establecer conclusiones firmes.

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El interés se debe a que el mango contiene más de 20 vitaminas, minerales y antioxidantes. Entre ellos destacan la fibra y la mangiferina, un compuesto vegetal analizado por sus posibles efectos metabólicos.

Los resultados completos de este análisis se publicaron en Food & Function Journal, donde se señala la necesidad de más estudios para confirmar estos primeros hallazgos.

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¿Qué significa esto?

La evidencia disponible indica que el mango puede ser una opción útil como tentempié para quienes buscan regular el apetito, mantener un peso estable y mejorar el control del azúcar. No se trata de un “alimento milagro”, sino de una fruta con un perfil nutricional que aporta beneficios cuando forma parte de una alimentación equilibrada.