¿Por qué el jabalí es una amenaza ambiental en Argentina? Un ejemplo de cómo las plagas pueden afectar los ecosistemas
¿Por qué el jabalí es una amenaza ambiental en Argentina? Un ejemplo de cómo las plagas pueden afectar los ecosistemas

CIUDAD DE MÉXICO.- La suspensión del control del jabalí durante la pandemia por COVID-19 permitió que esta especie invasora se expandiera con rapidez en el Parque Nacional El Palmar, en Entre Ríos. En solo un año, su presencia casi se cuadruplicó y el daño ambiental se multiplicó en una de las áreas naturales más valiosas del país. Un estudio científico confirmó que una pausa corta en el manejo fue suficiente para provocar un retroceso difícil de revertir.
¿Por qué el jabalí es una amenaza ambiental en Argentina?
El jabalí es una especie introducida en Argentina y está considerada plaga. Destruye cultivos, compite con animales nativos y daña el suelo al buscar alimento. Su impacto es tan alto que figura en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En varias provincias del país, como Río Negro, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires, su avance genera pérdidas ambientales y productivas. En el caso de El Palmar, el principal riesgo es el daño a las palmeras yatay, el símbolo natural del parque.
El Palmar: un ecosistema único en riesgo
El Parque Nacional El Palmar protege uno de los últimos grandes palmares de yatay nativos de Argentina. En total, alberga cerca de un millón de estas palmeras. Antes de la pandemia, la Administración de Parques Nacionales aplicaba un programa de control a largo plazo que había logrado mantener a raya la población de jabalíes.
Ese equilibrio se rompió en 2020, cuando el cierre total del parque por el confinamiento obligó a suspender todas las tareas de control. Sin vigilancia ni manejo, los animales avanzaron por áreas que antes estaban protegidas.
Qué ocurrió durante la suspensión de controles en 2020
Cuando se interrumpió el programa de control, los científicos registraron un cambio drástico. La presencia de rastros de jabalí en el parque pasó del 15 % al 58 % en apenas un año. El aumento fue tan fuerte que encendió una alerta sobre lo rápido que una especie invasora puede recuperar terreno.
El estudio fue realizado por Andrés de Miguel, Gabriela Nicosia, Augusto Fumagalli, Romina de Diego, Lucía Rodríguez-Planes y Ricardo Gürtler, con participación de investigadores del Conicet, la UBA y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego. Los resultados se publicaron en la revista Biological Invasions.
Cómo se midió el impacto del jabalí en el parque
Durante cinco años, el equipo recorrió el parque y tomó muestras en parcelas fijas. Buscaron rastros de jabalí, suelo removido y palmeras dañadas. También evaluaron el efecto de factores climáticos como la sequía.
Un año después de la interrupción del control, la frecuencia de parcelas con rastros de jabalí se multiplicó por cuatro. El suelo removido aumentó seis veces. La superficie promedio de tierra afectada por los hocicos de los animales creció de forma acelerada tras abril de 2019, cuando se detuvieron los controles habituales.
La sequía y el invierno agravaron el daño
El estudio confirmó que en invierno, cuando hay menos comida disponible, los jabalíes remueven más el suelo. Donde aparecen sus rastros, también aparece el daño.
La sequía agravó la situación. La falta de lluvias concentró la búsqueda de alimento en ciertas zonas del parque, lo que aumentó la presión sobre áreas ya afectadas. Los científicos aclararon que si las condiciones climáticas cambian, el patrón de daño también podría modificarse.
El regreso del control y las dificultades para recuperar el equilibrio
El daño acumulado durante la pausa dejó en claro que detener el manejo tiene consecuencias difíciles de revertir. “Cuando se retomó la vigilancia, no fue sencillo volver al equilibrio anterior. Sin embargo, desde el retorno del programa de control en el Parque Nacional desde el 2021 se logró nuevamente controlar la abundancia de los jabalíes”.
Para Ricardo Gürtler, a cargo del Laboratorio de Eco-Epidemiología de la UBA, “nuestro estudio confirma la capacidad del jabalí de explotar rápidamente discontinuidades en las acciones de manejo”.
Por qué no deben interrumpirse los programas de control
Los científicos advierten que las tareas de control no deben suspenderse, ni siquiera por períodos cortos. Una sola pausa puede devolver al parque a niveles de daño similares a los de hace décadas.
Si se considera que en provincias como Río Negro, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires aumentó el interés en controlar a los jabalíes para reducir las pérdidas que generan, los resultados de nuestro estudio sirven para considerar qué pasa cuando se deja de hacer lo que sí funcionaba”, señaló Gürtler.
Cómo llegó el jabalí a la Argentina y por qué sigue expandiéndose
La introducción del jabalí en Argentina comenzó a principios del siglo XX. Los primeros ejemplares llegaron al coto de caza San Huberto, en La Pampa. Entre 1917 y 1922, algunos fueron trasladados a una estancia en Neuquén. Desde allí, se produjeron escapes que facilitaron su dispersión hacia los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi.
Según el biólogo Sebastián Ballari, investigador del Conicet, “las poblaciones de jabalíes habrían aumentado en todo el país durante los últimos años, aunque faltarían monitoreos precisos”.
Son animales con una tasa de reproducción alta que se adaptan a todo tipo de ambientes. Como aún no existen planes de manejo a nivel nacional o provincial para su control, las poblaciones de jabalíes siguen creciendo de manera sostenida año tras año”, explicó.
Una advertencia clara para la gestión ambiental
El estudio deja una conclusión directa: solo el manejo constante permite contener a una especie invasora. La experiencia de El Palmar demuestra que la falta de vigilancia, aunque sea por poco tiempo, puede provocar daños difíciles de revertir en ecosistemas únicos.
Hoy, Argentina aún no cuenta con un plan nacional de manejo del jabalí. Para los especialistas, este vacío representa un riesgo ambiental que requiere atención urgente.
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