Teoría del apego: qué es y por qué influye en tus relaciones toda la vida
La teoría del apego explica cómo los vínculos formados en los primeros años de vida influyen en la manera de relacionarse en la adultez.

CIUDAD DE MÉXICO.- La teoría del apego explica cómo los vínculos que se forman en los primeros años de vida influyen en la manera en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás a lo largo del tiempo. Este enfoque es una base clave dentro de la psicología del desarrollo y permite comprender por qué algunas personas crean lazos con mayor confianza que otras.
Especialistas de Cleveland Clinic señalan que entender el propio estilo de apego ayuda a mejorar el bienestar emocional y a construir relaciones más sanas. Este conocimiento no solo sirve para entender el pasado, sino también para tomar decisiones más conscientes en el presente.
Cómo se forma el apego en los primeros años de vida
La teoría describe la relación entre el bebé y su cuidador principal como un factor esencial para la supervivencia y el desarrollo emocional y social. Cuando un niño recibe atención constante, afecto y respuesta a sus necesidades, es más probable que desarrolle un apego seguro.
Un apego seguro en la infancia suele relacionarse con relaciones adultas más estables, mientras que un apego inseguro puede generar dificultades para confiar, comunicarse o manejar conflictos. “La teoría del apego nos ayuda a comprender el vínculo profundo entre el cuidado temprano y la salud emocional de por vida”, explicó la psicóloga clínica Coda Derrig, PhD, de Cleveland Clinic.
El origen de la teoría del apego
El origen de esta teoría se remonta a las décadas de 1950 y 1960. El psiquiatra y psicoanalista británico John Bowlby propuso que la relación entre el niño y su cuidador principal era determinante para el desarrollo emocional posterior.
Años después, en 1969, la psicóloga del desarrollo Mary Ainsworth aportó evidencia científica con su experimento conocido como la “Situación Extraña”. En este estudio observó cómo reaccionaban los bebés cuando su madre se iba y regresaba. Los comportamientos registrados permitieron identificar distintos patrones de apego y cómo los niños aprenden a anticipar la respuesta a sus necesidades.
Las cuatro etapas del desarrollo del apego
De acuerdo con Bowlby, el apego se construye principalmente durante los dos primeros años de vida y pasa por cuatro etapas:
- Pre-apego (nacimiento a seis semanas): el bebé no muestra preferencia por una persona en particular.
- Apego en desarrollo (seis semanas a siete meses): comienza a reconocer a las personas cercanas y a mostrar preferencia por ellas.
- Apego definido (siete a 24 meses): el vínculo con el cuidador principal se fortalece y aparece la ansiedad por separación.
- Relación recíproca (desde los 24 meses): el niño empieza a entender que los cuidadores también tienen emociones y necesidades.
Derrig subraya que el objetivo es lograr un apego seguro, ya que “los bebés que forman apegos seguros con su cuidador principal tienen más probabilidades de convertirse en adultos que buscan con confianza relaciones saludables con los demás y son compañeros confiables y amorosos”.
Cómo impacta el apego en la vida adulta
El estilo de apego influye en distintas áreas de la vida. Afecta la forma de comunicarse en pareja, la dinámica familiar, la manera de resolver conflictos, el riesgo de relaciones violentas, la estabilidad del matrimonio y el tipo de vínculo que se forma con los propios hijos.
Estos patrones también pueden repetirse de una generación a otra. Sin embargo, tener un apego seguro en la infancia no garantiza relaciones sin problemas, ni un apego inseguro determina el futuro de forma definitiva. “Tu estilo de apego desde la infancia puede influir en tus relaciones con los demás”, afirmó Derrig, quien aclaró que las experiencias de vida también modifican la manera de relacionarse.
¿El estilo de apego se puede cambiar?
Una de las ideas más importantes de la teoría del apego es que los estilos no son fijos. Según Cleveland Clinic, es posible desarrollar un apego más seguro a lo largo de la vida mediante la terapia, relaciones adultas sanas y distintas experiencias personales.
La autoobservación cumple un papel central en este proceso. “Cuanto más comprendas tu estilo de apego, más probabilidades tendrás de poder hacer algo al respecto”, señaló Derrig.
La importancia de entender tu propio apego
Las experiencias tempranas dejan una huella profunda, pero no definen por completo a una persona. Comprender el propio estilo de apego permite identificar patrones, mejorar la forma de relacionarse y abrir la puerta a vínculos más estables y satisfactorios.
Con información, acompañamiento profesional y relaciones sanas, es posible modificar la manera de vincularse, sin importar cómo haya sido el punto de partida en la infancia.
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