El psiquiatra Rami Kaminski explica qué es una persona otrovertida y por qué este concepto está cambiando la psicología

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante años, la personalidad se explicó a partir de dos grandes categorías: introvertidos y extrovertidos. Sin embargo, psiquiatras ahora discuten un nuevo tipo de personalidad llamado “otrovertido”. Este concepto abre una nueva forma de entender cómo algunas personas se relacionan con los demás y con los grupos.

El término fue propuesto por el psiquiatra estadounidense Rami Kaminski, quien identificó estos rasgos tanto en sí mismo como en algunos de sus pacientes. A partir de sus observaciones clínicas, concluyó que había un tipo de persona que no encajaba en ninguna de las dos clasificaciones tradicionales.

Este nuevo enfoque surge también porque cada vez es más común que las personas se describan como “introvertidas extrovertidas” o al revés, para explicar una mezcla de ambos rasgos. Para Kaminski, el caso del otrovertido es distinto y no se trata de un punto medio entre los dos.

Diferencias entre introvertidos, extrovertidos y otrovertidos

Las personas extrovertidas suelen sentirse cómodas en entornos sociales con muchas interacciones, disfrutan la atención y se energizan al convivir con otros. En cambio, los introvertidos prefieren ambientes tranquilos, grupos pequeños y suelen cansarse con estímulos sociales intensos.

El otrovertido, según Kaminski, no pertenece a ninguno de estos dos grupos. Él lo definió en una entrevista con el Daily Mail de la siguiente forma:

“Cuando (Carl Gustav) Jung inventó los términos extrovertido e introvertido, los vio como dos orientaciones fundamentales de la personalidad. Yo veo al otrovertido de la misma manera: un rasgo de personalidad que se aleja del grupo”.

A diferencia de los otros dos tipos, el otrovertido no desarrolla un sentido de pertenencia a grupos. “Los extrovertidos y los introvertidos son inherentemente comunitarios, mientras que el otrovertido es un extraño al grupo”, explicó el especialista. Aclaró también que no se trata de una enfermedad ni de una condición clínica.

Por qué los otrovertidos no conectan con los grupos

Kaminski explicó que la mayoría de las personas aprende a sentirse parte de un grupo mediante el entorno social desde la infancia. En cambio, en los otrovertidos ese proceso no se da de la misma forma. “Siguen siendo sociales, pero no comunitarios”, señaló.

Como ejemplo personal, el psiquiatra contó que fue Boy Scout cuando era niño. Mientras sus compañeros se emocionaban por la convivencia en grupo, él no sentía esa conexión, a pesar de participar en las mismas actividades.

Para muchas personas, este punto puede ayudar a entender por qué, aun estando rodeadas de gente, no llegan a sentirse parte de un grupo de trabajo, una escuela, una comunidad o una familia extendida.

El “fenómeno Bluetooth” y las relaciones personales

Kaminski también habló del llamado “fenómeno Bluetooth”, una forma de explicar cómo los otrovertidos se relacionan con otras personas. Según él, pueden ser amables y crear vínculos profundos de manera individual.

“Los otrovertidos son muy amigables y capaces de forjar conexiones muy profundas con otras personas. La única diferencia social radica en la falta de conexión con grupos, identidad colectiva o tradiciones compartidas”, explicó.

Esto significa que pueden tener amistades cercanas, relaciones de pareja estables o vínculos sólidos, pero sin sentir apego por estructuras grupales, jerarquías o símbolos de pertenencia.

Impacto emocional de ser otrovertido

De acuerdo con el psiquiatra, muchas personas con este rasgo descubren desde edades tempranas que no encajan en dinámicas grupales, aun cuando son aceptadas por los demás. “Los otrovertidos descubren desde muy temprano que se sienten excluidos de cualquier grupo. Esto ocurre a pesar de que suelen ser populares y bienvenidos en ellos”, afirmó.

Esta diferencia entre ser aceptado y no sentirse parte puede generar malestar, confusión y una sensación constante de no encajar del todo. En algunos casos, esto se traduce en dudas personales o en dificultad para comprender por qué no se comparte el mismo entusiasmo colectivo.

Qué hacer si alguien se identifica como otrovertido

El concepto de otrovertido no busca etiquetar ni diagnosticar. Su utilidad principal es ayudar a entender ciertas formas de relacionarse. Reconocer este rasgo puede servir para evitar culpas innecesarias y para tomar decisiones más claras en el trabajo, la familia y las relaciones sociales.

Para quienes se sienten así, puede ser útil priorizar vínculos uno a uno, buscar espacios donde no sea obligatorio pertenecer a un grupo y aprender a explicar sus límites sin sentirse en falta.

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Como lo señaló Kaminski, este rasgo no es un problema en sí mismo, pero entenderlo puede ayudar a reducir la sensación de incomprensión y a construir relaciones más claras y funcionales.