¿Qué tan seguro es el aire en los aviones y hospitales? Lo que reveló un estudio reciente
Un estudio de la Universidad Northwestern analizó el aire de aviones y hospitales a través de mascarillas usadas.

CIUDAD DE MÉXICO.- Desde la pandemia por COVID-19, el aire que se respira en aviones y hospitales generó dudas. Muchas personas temían que estos espacios fueran focos permanentes de contagio. Las preguntas sobre ventilación, filtros y circulación del aire se volvieron comunes, sobre todo en vuelos y áreas médicas.
Una nueva investigación científica ofrece ahora datos que ayudan a entender mejor qué hay realmente en ese aire que se comparte a diario.
Qué investigó la Universidad Northwestern y por qué importa
Un equipo de la Universidad Northwestern, encabezado por la investigadora Erica M. Hartmann, analizó el ecosistema microbiano presente en el aire de aviones y hospitales. Para hacerlo, utilizó un método sencillo y accesible: mascarillas usadas por pasajeros y por personal de salud.
El objetivo fue conocer qué microorganismos viajan en el aire de estos espacios y qué tan alto es el riesgo real para las personas.
Por qué se usaron mascarillas para estudiar el aire
El proyecto inició en enero de 2022. Al principio, el plan era analizar filtros HEPA de aviones. Sin embargo, el costo era elevado y cada extracción obligaba a sacar de servicio a la aeronave durante varias horas.
Ante ese obstáculo, el equipo optó por una alternativa práctica. Las mascarillas estaban al alcance, eran de uso cotidiano y capturaban de forma constante partículas del aire inhalado y exhalado. Hartmann explicó: “Nos dimos cuenta de que podíamos usar mascarillas como un dispositivo económico y sencillo para tomar muestras de aire”.
Cómo se tomaron y analizaron las muestras
Voluntarios usaron mascarillas durante vuelos nacionales e internacionales. Al finalizar cada trayecto, las entregaron en bolsas estériles. También se recolectaron mascarillas nuevas, transportadas en los vuelos pero nunca usadas, como punto de comparación.
El mismo procedimiento se repitió en hospitales, donde médicos y enfermeras entregaron sus mascarillas tras terminar su turno. Hartmann explicó la elección: “Como grupo de comparación, consideramos otra población de personas que probablemente ya usaban mascarillas. Nos decidimos por los profesionales sanitarios”.
En el laboratorio, los científicos retiraron únicamente las capas externas de las mascarillas para analizar solo los microbios del aire. Después extrajeron el ADN y aplicaron técnicas de PCR para amplificar el material genético.
Cuántos microbios se encontraron y qué tipo eran
El estudio logró identificar 407 especies microbianas distintas en ambos entornos. Lo que más llamó la atención fue que las comunidades microbianas de aviones y hospitales eran muy parecidas entre sí.
La mayoría de los microorganismos detectados correspondía a bacterias asociadas a la piel humana. Esto llevó a una conclusión clara: el principal aporte de microbios al aire proviene de las personas, no de los sistemas de ventilación ni de las superficies del lugar.
Hartmann lo resumió así: “El aire interior se parece al aire interior, que también se parece a la piel humana”.
Patógenos en el aire: lo que realmente mostró el estudio
Uno de los datos clave fue la baja presencia de patógenos. Los microorganismos potencialmente dañinos aparecieron en cantidades mínimas y sin señales de infección activa.
Este resultado contradice la percepción de que el aire en hospitales y aviones está cargado de agentes peligrosos de forma constante. Según el análisis, el riesgo por la calidad microbiológica del aire es menor al que muchas personas imaginan.
Por qué casi no se detectaron virus
El método de análisis estaba diseñado para detectar ADN, por lo que identificó principalmente bacterias. Muchos virus, incluido el SARS-CoV-2, contienen ARN, lo que limita su detección con esta técnica.
Aun así, Hartmann señaló que, en general, los virus suelen representar una proporción menor de los microbios en el aire interior. Esto se debe a que las personas liberan muchas más bacterias de la piel que partículas virales.
Genes de resistencia a antibióticos: qué significa este hallazgo
El equipo también detectó genes vinculados a resistencia a antibióticos. Este dato no implica un riesgo inmediato para quienes viajan o trabajan en estos espacios, pero sí muestra que estos rasgos genéticos circulan de forma amplia en ambientes con alta presencia humana.
Es un recordatorio de que el ecosistema microbiano de los espacios cerrados es diverso y dinámico.
El concepto de “aura microbiana” de cada persona
Según Hartmann, cada persona deja un rastro invisible a su paso. “Muchas de las superficies que tocamos tienden a tener microbios asociados a la piel, ya que los transferimos cada vez que tocamos algo. Despedimos microbios dondequiera que vayamos; mis colegas y yo lo llamamos aura microbiana”, explicó.
Este concepto ayuda a entender por qué aviones y hospitales, pese a ser espacios distintos, muestran composiciones de microbios tan similares.
La higiene de manos sigue siendo una medida clave
El estudio se centró solo en el aire, pero los propios investigadores recordaron que muchas enfermedades se transmiten más por contacto directo que por vía aérea.
Hartmann fue clara al respecto: “La higiene de manos sigue siendo una forma eficaz de prevenir la transmisión de enfermedades a través de las superficies. Nos interesaba saber a qué se exponen las personas a través del aire, incluso si se lavan las manos”.
El futuro del monitoreo del aire en tiempo real
Los científicos consideran que este tipo de estudios abre la puerta al desarrollo de tecnologías que vigilen la calidad microbiológica del aire de forma constante.
Hartmann propuso una idea concreta: “Imagine algo como un sensor de monóxido de carbono o una alarma de gas que, dependiendo de los niveles de microbios presentes, pudiera aumentar automáticamente las tasas de intercambio de aire o alertar a las personas para que se pongan mascarillas”.
Este tipo de herramientas podría aplicarse en escuelas, hospitales, aeropuertos y otros espacios cerrados.
Qué significa este estudio para las personas que viajan o van al hospital
Con la llegada del clima frío y el aumento de reuniones en interiores, el mensaje central del estudio es claro: el aire de aviones y hospitales no contiene la cantidad de patógenos que comúnmente se imagina.
Aun así, el uso de mascarillas sigue siendo una medida válida en temporadas de alta circulación de virus, así como el lavado frecuente de manos.
La investigación muestra que métodos simples, como el análisis de mascarillas usadas, pueden ofrecer información valiosa sobre el aire que compartimos todos los días, sin recurrir a equipos costosos ni procesos complejos.
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