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La escasez global de chips de memoria: cómo el frenesí de la IA afecta desde servidores hasta tu teléfono

Una grave falta de suministro dispara los precios y limita la producción de electrónicos, mientras gigantes tecnológicos compiten por componentes esenciales para el desarrollo de inteligencia artificial

La escasez global de chips de memoria: cómo el frenesí de la IA afecta desde servidores hasta tu teléfono

Una escasez crítica de chips de memoria está generando tensiones en la cadena de suministro tecnológico global. Este déficit afecta desde los centros de datos que impulsan la inteligencia artificial hasta los dispositivos electrónicos de consumo comunes. Según un análisis de la agencia Reuters, basado en entrevistas con casi 40 ejecutivos y expertos del sector, la industria enfrenta un dilema: no puede producir suficientes semiconductores avanzados para la IA, y al priorizarlos, reduce el suministro para otros productos.

La situación ha elevado los precios de algunos componentes en más del 100% desde febrero y ha llevado a tiendas en Japón a limitar las compras de discos duros. Esta crisis trasciende lo tecnológico. Analistas como Sanchit Vir Gogia, de Greyhound Research, advierten que ya es un “riesgo macroeconómico” que podría frenar las ganancias de productividad esperadas de la IA y agregar presión inflacionaria.

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El impacto directo: limitaciones en tiendas y avisos de fabricantes

Los efectos de la escasez ya son visibles para consumidores y empresas. En Japón, minoristas de electrónica han comenzado a limitar la cantidad de discos duros que una persona puede adquirir. En China, fabricantes de teléfonos inteligentes están alertando sobre inminentes aumentos de precios en sus dispositivos debido al alto costo de los componentes.

Este estrés en la cadena de suministro afecta a prácticamente todos los tipos de memoria. Incluye desde el almacenamiento flash en USB y teléfonos, hasta la avanzada Memoria de Ancho de Banda Alto (HBM), crucial para procesar cargas masivas de datos en servidores de IA. La memoria DRAM, usada en computadoras y celulares, vio caer sus inventarios promedio a solo 2 a 4 semanas en octubre, desde las 13 a 17 semanas registradas a fines de 2023.

La causa raíz: la demanda insaciable de la inteligencia artificial

La explosión en el desarrollo y despliegue de aplicaciones de inteligencia artificial es el motor principal de esta crisis. Gigantes tecnológicos como Microsoft, Google, ByteDance y Alibaba compiten agresivamente por asegurar suministros de chips de memoria de fabricantes como Samsung, SK Hynix y Micron.

Estas empresas necesitan cantidades masivas de memoria HBM de última generación para alimentar sus modelos de IA y centros de datos. La capacidad de producción de estos chips especializados es limitada y no crece al mismo ritmo que la demanda. Para priorizar su fabricación, los productores han desviado recursos de las líneas de memoria convencionales, creando un cuello de botella en el suministro global.

Consecuencias ampliadas: riesgo para la productividad y la inflación

La escasez prolongada amenaza con ralentizar la misma revolución de productividad que promete la IA. Si las empresas no pueden obtener los componentes físicos necesarios para implementar sus sistemas, las inversiones de cientos de miles de millones de dólares en infraestructura digital podrían retrasarse.

Además, economistas y ejecutives señalan que esta presión sobre los precios de componentes clave llega en un momento delicado. Muchas economías intentan controlar la inflación, y el aumento en el costo de partes esenciales para una gama enorme de productos electrónicos podría complicar estos esfuerzos, trascendiendo el sector tecnológico.

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La respuesta de la industria y el panorama futuro

Ante esta situación, la industria de semiconductores se apresura a corregir el rumbo. Los fabricantes están invirtiendo en expandir la capacidad para producir chips de memoria avanzada, pero estos proyectos llevan tiempo. Mientras tanto, la competencia por los suministros disponibles se intensifica.

La crisis evidencia una dependencia crítica de unas pocas empresas globales para un componente omnipresente. También subraya cómo una innovación disruptiva, como la IA generativa, puede tensionar hasta el límite las cadenas de suministro globales existentes, requiriendo nuevos modelos de planificación y producción.

Una prueba de estrés para la infraestructura digital mundial

La escasez de chips de memoria es más que un problema técnico puntual. Es una prueba de estrés para toda la infraestructura digital global. Revela la fragilidad de una cadena de suministro hiperespecializada ante un cambio abrupto en la demanda, impulsado por una tecnología transformadora.

A corto plazo, es probable que los consumidores enfrenten precios más altos y disponibilidad limitada en ciertos productos electrónicos. A mediano plazo, la capacidad de la industria para escalar la producción de memoria avanzada definirá la velocidad a la que se materializarán los beneficios de la IA en la economía real. El frenesí por la inteligencia artificial ha encontrado, en los humildes chips de memoria, un límite físico inesperado.

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