Después de 183 años, sale a la luz un detalle oculto en una obra histórica
Tras 183 años, se descubrió que el pintor francés François-René Moreaux se retrató a sí mismo dentro de su obra sobre la coronación de Don Pedro II.

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante 183 años, un detalle clave pasó desapercibido en una de las pinturas más conocidas sobre la coronación de Don Pedro II de Brasil. El pintor francés François-René Moreaux dejó su propio rostro dentro de la escena histórica que retrató en 1842. El hallazgo ocurrió casi por casualidad durante un proceso de limpieza del cuadro y hoy cambia la forma en que se observa esta obra.
El rostro fue identificado por el historiador e investigador Maurício Vicente Ferreira Júnior, director del Museo Imperial de Petrópolis, en el estado de Río de Janeiro. La pintura representa el “Acto de Consagración y Coronación de Don Pedro II”, un evento central en la historia de Brasil. Hasta ahora, no se sabía que el propio artista se había retratado entre los personajes de la ceremonia.
¿Cómo se descubrió el autorretrato de Moreaux?
El descubrimiento ocurrió cuando la obra fue retirada del Palacio Imperial para su limpieza. Durante ese proceso, Maurício Vicente tuvo la sensación de reconocer uno de los rostros del cuadro. Años antes, el historiador había visto uno de los pocos retratos conocidos de Moreaux, parte de la colección del Liceo de Artes y Oficios de Río de Janeiro.
“Tuve la sensación de haber visto el rostro en otro contexto antes. Y, efectivamente, los rasgos de la persona pintada coincidían con el retrato de François-René Moreaux”, explicó. Tras comparar ambas imágenes con el equipo de restauradores y técnicos del museo, se confirmó que se trataba del propio pintor dentro de su obra.
Una práctica que conecta a Moreaux con otros grandes pintores
Según el historiador, esta forma de autorretrato dentro de una escena histórica ya había sido utilizada por el pintor francés Jacques-Louis David, quien se incluyó en una pintura sobre la coronación de Napoleón Bonaparte en 1807. Maurício Vicente señala que este tipo de práctica fue común desde el Renacimiento, entre los siglos XIV y XVI.
Este recurso permitía a los artistas dejar registro de su presencia en hechos que marcaban una época. En el caso de Moreaux, su rostro permaneció oculto a simple vista durante casi dos siglos.
La historia del cuadro: de la coronación al museo
El óleo sobre lienzo fue presentado en 1842 en la Exposición Anual de la Academia Imperial de Bellas Artes. Un año después, el propio emperador Don Pedro II lo adquirió para colocarlo en el Salón del Trono del Palacio Imperial, en la Plaza XV, en el centro de Río de Janeiro.
Tras la Proclamación de la República en 1889, la pintura fue llevada a Francia. No regresó a Brasil sino hasta 1975. Dos años después, ya restaurada, se integró de forma definitiva a la colección del Museo Imperial, donde permanece hasta hoy.
Restauración y nuevos espacios por el bicentenario de Don Pedro II
La recuperación reciente de la obra formó parte de los actos nacionales por el bicentenario del nacimiento de Don Pedro II. Como parte de estas conmemoraciones, el Museo Imperial inauguró también la nueva Sala de los Trajes Majestuosos.
En este nuevo espacio se exhibe el traje que usó el emperador durante su coronación en 1841. Esta prenda también fue restaurada. La sala cuenta con recursos tecnológicos para facilitar la interacción del público con las piezas.
Una exposición para conocer al Pedro II más allá del trono
Además, el museo abrió la exposición “Háblame de Pedro: en las minucias de la memoria”. La muestra busca presentar a un Pedro II más allá de su papel como emperador. “Mostraremos un Pedro menos formal y más diverso”, explicó Maurício Vicente.
El concepto de la exposición se inspira en los 15 nombres asociados a Pedro II, ligados a santos, arcángeles y antepasados. La idea es mostrar sus múltiples facetas como gobernante, ciudadano y persona.
Qué objetos se pueden ver en la exposición
La exposición reúne más de 100 piezas. Entre ellas hay diarios y documentos de los viajes de Don Pedro II por Brasil y otros países. También se exhibe un camisón de lino de batista que usó de bebé, así como dibujos hechos por él en distintas etapas de su vida.
El público puede ver además estudios de traducción, volúmenes de su biblioteca privada y cartas intercambiadas con su padre. Todo este material permite conocer aspectos poco difundidos del emperador que gobernó Brasil durante 48 años.
Por qué este hallazgo es relevante hoy
El autorretrato oculto de François-René Moreaux aporta una nueva capa de lectura a una obra clave de la historia brasileña. También muestra cómo los detalles que parecen menores pueden cambiar la interpretación de una pintura siglos después.
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Para el visitante del Museo Imperial, este descubrimiento ofrece una razón más para detenerse frente al cuadro y observar con atención. Hoy, entre los asistentes a la coronación, también se puede identificar al artista que lo hizo posible.
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