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¿Qué Mesías esperan los judíos? Un análisis que revela sus rasgos y su coincidencia con la figura del Anticristo bíblico

Este análisis busca tender puentes para comprender cómo ambas líneas de fe interpretan textos milenarios que, para muchos creyentes, continúan revelándose en la historia contemporánea.

MÉXICO-. Una mirada respetuosa y comparativa que conecta la expectativa mesiánica judía con las profecías cristianas del fin de los tiempos

Las tradiciones del judaísmo, especialmente dentro del judaísmo ortodoxo, sostienen que Jesús de Nazaret no fue el Mesías prometido.

Para la fe judía, el Mesías (Mashíaj) aún no ha llegado, y su identidad depende del cumplimiento estricto de profecías específicas de la Torá, los Profetas y los escritos rabínicos.

Este punto plantea un debate profundo dentro del cristianismo, donde Jesús sí es visto como el Mesías anunciado desde Génesis hasta los Profetas Mayores y Menores.

La pregunta surge: ¿qué Mesías esperan exactamente los judíos y por qué consideran que Jesús no cumplió con los requisitos?

Y, a partir de esto, ¿por qué algunas características mesiánicas judías parecen conectar con las profecías cristianas sobre el Anticristo?

El Mesías según la tradición judía ortodoxa

En el judaísmo, el Mesías debe cumplir requisitos concretos, extraídos de textos como Isaías, Jeremías, Ezequiel y Zacarías.

Entre los más importantes se encuentran:

  • Ser un líder humano, descendiente directo del rey David (Jeremías 23:5).
  • Restaurar la monarquía davídica.
  • Traer paz mundial (Isaías 2:4).
  • Reunir a todos los judíos dispersos en el mundo (Isaías 11:12).
  • Reinstituir por completo el sistema de sacrificios y adoración en el Templo de Jerusalén (Ezequiel 40–48).
  • Reconstruir el Tercer Templo (Ezequiel 37:26–28).

Desde esta perspectiva, muchas corrientes judías consideran que Jesús no cumplió estas señales en su tiempo en la Tierra y, por lo tanto, no puede ser el Mesías.

Un punto clave: la reconstrucción del Tercer Templo

Para el judaísmo ortodoxo, el Mesías debe reinstalar el culto en el Templo y restaurar el sacerdocio levítico.

La expectativa mesiánica está íntimamente ligada a la frase de Ezequiel:

“Y pondré mi santuario entre ellos para siempre” (Ezequiel 37:26, RVR1960).

Curiosamente, dentro de la teología cristiana del Nuevo Testamento aparece una figura profética que también se relaciona con el Templo: el Anticristo, descrito en 2 Tesalonicenses 2:3-4 como alguien que se sentará en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios.

Esta coincidenciaque la figura mesiánica del judaísmo y la figura engañosa del cristianismo comparten el escenario del Tercer Temploha llamado la atención de teólogos y estudiosos.

En Apocalipsis (Revelación), esta figura se presenta como una autoridad global que engaña a las naciones (Ap. 13:4–8). Y según la profecía cristiana, Israel sería engañado por esta figura, creyendo inicialmente que se trata de su Mesías esperado.

¿Una conexión profética? Entre la expectativa judía y el enfoque cristiano del fin de los tiempos

Desde la perspectiva cristiana, la Biblia enseña que llegará un tiempo en que Israel reconocerá a Jesús como el Mesías verdadero:

“Y mirarán a mí, a quien traspasaron” (Zacarías 12:10, RVR1960).

Según esta interpretación, los judíos aceptarían inicialmente al falso mesías (el Anticristo) debido a que cumple externamente con algunos requerimientos mesiánicos, como liderazgo político, poder mundial, reunificación y la posible restauración del Templo.

Pero posteriormente, “se les caerá el velo”, como indica 2 Corintios 3:14-16, y reconocerán a Jesús.

Este análisis pretende mostrar cómo distintas tradiciones interpretan las mismas profecías desde perspectivas diferentes pero, sorprendentemente, conectadas.

La expectativa judía del Mesías y la profecía cristiana del Anticristo coinciden en ciertos elementos, especialmente en torno al Templo y la figura de un líder poderoso que traerá grandes cambios.

Desde la teología cristiana, estas coincidencias no son casualidad, sino parte del cumplimiento profético que culmina en el reconocimiento final de Jesús como el verdadero Mesías.

Este análisis busca tender puentes para comprender cómo ambas líneas de fe interpretan textos milenarios que, para muchos creyentes, continúan revelándose en la historia contemporánea.

Fuentes consultadas

  • Biblia Reina-Valera 1960
  • Torá (Pentateuco)
  • Profetas Mayores y Menores del Tanaj
  • Tradición rabínica ortodoxa (Maimónides, Leyes de los Reyes 11–12)
  • Apocalipsis, 2 Tesalonicenses, Evangelios

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