Historiadores y climatólogos explican cómo la erupción del Monte Tambora en 1816 forjó obras eternas como ‘Frankenstein’
Estudios académicos documentan el vínculo entre el “Año Sin Verano” y la creación literaria en Villa Diodati: Mary Shelley, Lord Byron y el nacimiento del Vampiro moderno

En 1816, un evento climático sin precedentes sumió al hemisferio norte en un eterno invierno. Conocido históricamente como “el año sin verano”, este periodo de frío extremo, hambruna y oscuridad tuvo un origen a miles de kilómetros de distancia: la colosal erupción del Monte Tambora en Indonesia. Este fenómeno, lejos de solo ser una catástrofe, se convirtió en un crisol creativo que dio a luz algunas de las obras más perdurables de la literatura de terror.
La información que sigue se presenta para ofrecerle una comprensión clara de este suceso histórico, basándose en los estudios de climatólogos e historiadores. Se abordarán tanto sus causas como sus sorprendentes consecuencias culturales.
El origen: una catástrofe natural global
El 10 de abril de 1815, el Monte Tambora en la isla de Sumbawa, Indonesia, experimentó la mayor erupción volcánica registrada en los últimos 1,300 años. La explosión fue de una violencia tal que redujo la altura de la montaña de 4,300 a 2,850 metros y liberó aproximadamente 160 kilómetros cúbicos de material a la atmósfera.
Millones de toneladas de cenizas y aerosoles de dióxido de azufre formaron una barrera en la estratosfera que, durante los meses siguientes, filtró la luz solar y redujo la temperatura global entre 0.4 y 0.7 °C. Este “invierno volcánico” alcanzó su punto máximo en el verano de 1816, provocando el caos agrícola en Europa y Norteamérica con heladas en pleno julio y nevadas en junio.

El confinamiento que forjó mitos
Mientras el hemisferio norte sufría las consecuencias, un grupo de escritores se refugió del mal tiempo en la Villa Diodati, a orillas del lago Lemán en Suiza. El grupo lo conformaban Lord Byron, los poetas Percy Bysshe Shelley y Mary Godwin (futura Mary Shelley), la hermanastra de Mary, Claire Clairmont, y el médico y escritor John Polidori.
Confinados por las lluvias incesantes y un frío inusual para la temporada, Lord Byron propuso una competencia para animar las veladas: cada uno debía escribir la historia de terror más aterradora que pudieran concebir. De este juego macabro, surgieron dos pilares de la literatura gótica.
- Frankenstein o el moderno Prometeo: Mary Shelley, entonces una joven de 18 años, concibió la historia del doctor Víctor Frankenstein y su criatura. La atmósfera lúgubre y las conversaciones sobre los límites de la ciencia y la vida inspiraron una de las novelas más influyentes de todos los tiempos, publicada por primera vez en 1818.
- El vampiro: John Polidori creó a Lord Ruthven, el primer vampiro aristocrático y seductor en la literatura inglesa. Este personaje se inspiró abiertamente en la figura de Lord Byron y sentó las bases para obras posteriores como Carmilla y Drácula.

Un legado que trasciende la literatura
El impacto de aquel año singular no se limitó a la literatura. El velo de cenizas en la atmósfera creó espectaculares puestas de sol de tonos rojos, naranjas y púrpuras, las cuales capturó el pintor británico J.M.W. Turner. Sus cielos dramáticos y la paleta de colores influyeron decisivamente en el desarrollo del impresionismo.

Incluso en la música hay un eco de aquel frío. En la Navidad de 1818, en Austria, el órgano de la iglesia de San Nicolás estaba inutilizado por las bajas temperaturas. El párroco Joseph Mohr y el músico Franz Gruber adaptaron un poema para que se pudiera cantar solo con guitarra, dando origen al villancico universal “Noche de Paz”.
La siguiente tabla resume las obras clave que surgieron directa o indirectamente de este periodo:
| Frankenstein | Mary Shelley | 1818 | Inspirada durante el confinamiento en Villa Diodati. |
| El vampiro | John Polidori | 1819 | Nació de la misma competencia literaria; primer vampiro aristocrático. |
| Pinturas de cielos dramáticos | J.M.W. Turner | Década de 1820 | Retrató los cielos inusuales teñidos por aerosoles volcánicos. |
| “Noche de Paz” | Joseph Mohr & Franz Gruber | 1818 | Compuesto tras el fallo de un órgano por el frío persistente. |
| Draisine (antecesor de la bicicleta) | Karl Drais | 1817 | Desarrollado como transporte alternativo por la escasez de forraje para caballos. |
El “año sin verano” demuestra cómo un evento climático extremo puede actuar como un catalizador imprevisto para la creatividad humana. La crisis global forzó un cambio de perspectiva, fomentó la introspección y, en medio de la adversidad, abrió espacio para la creación de historias y obras de arte que, más de dos siglos después, seguimos leyendo, admirando y estudiando. Fue un recordatorio de que la necesidad y el ingenio a menudo van de la mano, dejando un legado cultural que ha demostrado ser mucho más duradero que la catástrofe que le dio origen.
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