Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Lo Curioso / Psicología

Por qué recordamos algunas experiencias de la infancia y otras no, según expertos

Las vivencias positivas en la infancia favorecen el aprendizaje social y la creación de vínculos saludables.

Por qué recordamos algunas experiencias de la infancia y otras no, según expertos

CIUDAD DE MÉXICO.- Lo que aprendemos en la infancia y la forma en que recordamos las experiencias puede influir en nuestras relaciones y decisiones. La neuropsicóloga Lucía Crivelli, jefa de Neuropsicología en Adultos de Fleni, explicó en Infobae en Vivo cómo funciona este proceso y por qué algunos recuerdos permanecen mientras otros se desvanecen.

Qué recordamos y por qué ocurre

Durante su columna, Crivelli explicó que la memoria no guarda todo lo que vivimos. “La memoria es selectiva: prioriza lo que nos resulta importante, genera una fuerte activación emocional o nos interesa”, señaló. Esto significa que recordar no es un acto automático: es un proceso en el que el cerebro decide qué conservar.

Según la especialista, las experiencias positivas suelen almacenarse de forma más general, lo que permite que la persona se sienta abierta a vivir situaciones similares. En cambio, los recuerdos negativos se guardan con más detalle. Esto sucede porque funcionan como señales de alerta para protegernos en el futuro. “Necesitamos acordarnos de aquello que nos produjo miedo, incomodidad o dolor, porque así el cerebro genera conductas de ataque o huida”, explicó.

Este mecanismo tiene una función adaptativa: ayuda a identificar riesgos y fortalece estrategias de supervivencia. Sin embargo, también puede influir en la manera en que nos relacionamos o interpretamos nuevas situaciones.

Aprendizaje social en la infancia

Crivelli hizo énfasis en que la infancia es una etapa clave para el aprendizaje social, es decir, para aprender a vincularnos con otras personas. “El aprendizaje social es la capacidad de aprender cómo relacionarte con otro de manera positiva y constructiva, que después te brinde más herramientas para otras relaciones sociales”, mencionó.

Las experiencias tempranas que implican afecto, acompañamiento y diálogo suelen facilitar la construcción de vínculos sanos en la vida adulta. Cuando estas interacciones son consistentes, el cerebro guarda modelos útiles que se repiten con el tiempo.

La especialista señaló que la memoria también está presente en habilidades cotidianas que parecen naturales, como andar en bicicleta o escribir. “Memoria es todo lo que aprendemos y no nacemos sabiendo”, destacó.

La memoria se fortalece con repetición

El olvido no siempre significa pérdida. A veces, la falta de práctica evita que un recuerdo se fije. Crivelli explicó que quienes parecen “recordar todo” en realidad repasan mentalmente sus experiencias con frecuencia. Conversar sobre lo que se vive, reflexionar o volver sobre una idea son formas de consolidar los recuerdos.

“Repetir siempre es importante. No aprendemos de un día para el otro, sino que aprendemos por repetición”, afirmó. Esto aplica tanto para habilidades académicas como para aspectos emocionales, como la construcción de la autoestima.

Por ello, ejercicios como contar una historia, tomar notas, o simplemente hacer una pausa para pensar en lo aprendido pueden ayudar a fortalecer la memoria.

Desaprender cuando algo ya no funciona

La neuropsicóloga también abordó cómo modificar aprendizajes adquiridos en la infancia que pueden resultar poco útiles para la vida adulta. Algunas creencias, normas o estilos de relación pueden sentirse obligatorios, aunque no generen bienestar.

“A veces uno crece dentro de un mandato familiar, de algo que parecía que ‘tenía que ser así’, y después la realidad muestra que no fue lo mejor. En esos casos, hay que hacer un trabajo para desaprender”, explicó.

Ese proceso puede realizarse de dos formas: desactivando la respuesta aprendida (extinción), o construyendo una respuesta nueva mediante repetición. Esto requiere tiempo, constancia y, en muchos casos, acompañamiento terapéutico.

Cómo ejercitar la memoria y cuidar la salud emocional

Para quienes buscan fortalecer su memoria, Crivelli recomendó prestar atención plena a las experiencias del día, repasar lo aprendido y conectar las vivencias con emociones. No se trata de memorizar datos, sino de crear sentido en cada experiencia.

La especialista recordó que los primeros vínculos afectivos dejan una huella duradera, pero siempre es posible modificar lo aprendido: “Estamos a tiempo de revisarlo o cambiarlo, mediante trabajo personal, psicoterapia o generando nuevas experiencias significativas”.

También podría interesarte:

Comprender cómo funciona la memoria no solo ayuda a recordar mejor. También permite reconocer la influencia de la historia personal en la vida presente y construir relaciones más sanas con uno mismo y con los demás.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados