Microbiota intestinal: por qué influye en la digestión, el estado de ánimo y el sueño
La microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos que vive en el intestino y participa en funciones importantes como la digestión, la regulación del sistema inmunológico y la conexión entre el intestino y el cerebro.

CIUDAD DE MÉXICO.- La microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos que vive en el tubo digestivo. Incluye bacterias, virus, hongos y arqueas. Su presencia es clave para mantener funciones importantes del cuerpo humano. Entre ellas, participar en la protección del sistema inmunológico, ayudar a prevenir enfermedades como diabetes y obesidad, y contribuir al equilibrio emocional. Su estado influye también en el proceso de envejecimiento saludable.
El intestino alberga más de 100 millones de neuronas en comunicación constante con el sistema nervioso central. Por esta razón, se le denomina el “segundo cerebro”. Esta conexión permite entender por qué situaciones de estrés, descanso inadecuado o mala alimentación pueden afectar tanto la digestión como el estado de ánimo.
Cómo el estilo de vida actual afecta el equilibrio intestinal
Los hábitos del siglo XXI han modificado la composición de la microbiota. El consumo frecuente de alimentos ultraprocesados, la escasa ingesta de fibra, el sedentarismo y los trastornos del sueño afectan la diversidad bacteriana. También influyen ciertas enfermedades crónicas y los altos niveles de estrés.
Se estima que en América Latina, 1 de cada 5 personas presenta síntomas digestivos disfuncionales. El Síndrome de Intestino Irritable afecta entre el 10% y el 20% de los adultos. El 60% de quienes lo padecen reporta impacto emocional, lo que refuerza la relación entre el intestino y el cerebro.
Cuando la microbiota pierde equilibrio, pueden aparecer fatiga, ansiedad e irritabilidad, además de molestias digestivas. Por ello, cada vez más investigaciones estudian formas de restaurar este balance.
Probióticos: qué son y cómo actúan en el cuerpo
Los probióticos son microorganismos vivos que ayudan a recuperar el equilibrio natural de la microbiota intestinal. Según expertos de Mayo Clinic, pueden favorecer la digestión, la concentración, el descanso y la inmunidad.
El microbiólogo Gianfranco Grompone explicó: “Un metaanálisis publicado en Frontiers in Gastroenterology respalda que el consumo sostenido de determinados probióticos incide de manera favorable en el bienestar emocional y en la disminución del estrés intestinal, efectos atribuidos a la interacción con el eje intestino-cerebro”.
No todas las cepas probióticas tienen los mismos efectos. Por eso, el tipo de bacteria es determinante. Comprender qué cepa se usa permite definir en qué paciente será más útil.
La cepa Lactobacillus reuteri y la evidencia clínica
La cepa Lactobacillus reuteri Protectis es una de las más estudiadas. Tiene más de 250 estudios clínicos que respaldan su eficacia. “La evidencia clínica apunta a que la cepa Lactobacillus reuteri Protectis incrementa la regularidad intestinal en el 93% de los casos y reduce la incomodidad abdominal hasta en un 72%”, señaló Grompone.
Se ha observado mejora en síntomas de intestino irritable, reducción del dolor abdominal y mayor regularidad en menos de un mes. Además, esta cepa está presente de forma natural en la leche materna, lo que respalda su seguridad.
Otras cepas ampliamente investigadas incluyen Lactobacillus acidophilus, L. rhamnosus, L. plantarum y Bifidobacterium breve, relacionadas con digestión equilibrada y apoyo inmunológico.
Relación entre microbiota y sueño
Estudios recientes identificaron 41 tipos de bacterias intestinales asociadas con la calidad del sueño. La médica clínica Ana Carolina Garrafa explicó que bacterias como Faecalibacterium, productora del compuesto antiinflamatorio butirato, son esenciales para la regulación emocional y el descanso.
“Las personas con insomnio suelen presentar menor cantidad de Faecalibacterium, lo que crea un entorno más inflamatorio y se asocia con una peor calidad del descanso”, señaló la especialista. Probióticos y prebióticos pueden apoyar la modulación de la microbiota y la respuesta al estrés.
Investigaciones de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han observado posibles beneficios en la depresión, ansiedad y enfermedades neurológicas como autismo, esquizofrenia y Alzheimer, aunque aún se requieren ensayos clínicos más amplios para confirmar estos efectos.
Cómo cuidar la microbiota en la vida diaria
Cuidar la microbiota implica realizar cambios accesibles y sostenibles. Entre las recomendaciones generales se encuentran:
- Aumentar el consumo de fibra (frutas, verduras, legumbres y granos enteros).
- Reducir alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
- Mantener horarios regulares de sueño.
- Practicar actividad física moderada.
- Consultar a un profesional antes de incorporar probióticos.
Como resume el doctor Gabriel Micali: “Cuidar el equilibrio intestinal es cuidar el bienestar en su sentido más amplio”.
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