MÉXICO-. En el libro del Apocalipsis, la Biblia Reina-Valera 1960 describe con solemnidad el destino final de 3 figuras que protagonizan el último gran conflicto espiritual de la humanidad: Satanás, el Anticristo y el Falso Profeta.

Estos 3 personajes forman una trinidad profana, una imitación corrupta de la Santa Trinidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo—, unidos en su propósito de rebelarse contra Dios y engañar a las naciones.

Según las Escrituras, Satanás es el dragón antiguo, símbolo del mal y enemigo de Dios.

En Apocalipsis 12:9 se le identifica como

“la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.

Por su parte, el Anticristo, también llamado la Bestia, es descrito en Apocalipsis 13:1-2:

“Y me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas, y sobre sus cabezas un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león; y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.”

El tercero, el Falso Profeta, es la segunda bestia, quien se presenta con apariencia de piedad pero palabras engañosas.

En Apocalipsis 13:11 se menciona:

“Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón.”

Su papel será el de seducir a las masas mediante señales y prodigios, promoviendo la adoración del Anticristo y llevando a muchos a recibir la marca de la Bestia (Apocalipsis 13:16-17).

El fin de la Trinidad Profana

Cuando llegue el momento señalado, las fuerzas del mal se reunirán para oponerse al regreso triunfal de Cristo, representado como el Jinete del Caballo Blanco.

En Apocalipsis 19:11-13, se narra:

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios.”

Ante Él se levantarán la Bestia y los reyes de la tierra, pero su derrota será inmediata.

El texto continúa en Apocalipsis 19:20:

“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.”

Finalmente, la sentencia de Satanás es revelada en Apocalipsis 20:10:

“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.”

Esta caída representa el triunfo absoluto de Dios sobre toda maldad y engaño. La trinidad falsa, que imitó perversamente la divinidad, será destruida para siempre, y con su derrota se cumplirá la justicia divina anunciada desde los tiempos antiguos: la victoria del bien sobre el mal y el establecimiento del Reino eterno de Dios.