ARGENTINA-. La historia generó un fuerte debate en redes sobre los límites económicos dentro de la familia

En redes sociales se viralizó el video de una mujer que compartió una insólita anécdota familiar que dejó a miles de usuarios entre sorprendidos e indignados.

Todo comenzó cuando su prima, próxima a casarse, le pidió que pagara la mitad del costo total de la boda, una solicitud que desató una intensa discusión entre internautas.

Según relató la protagonista, todo ocurrió durante una comida familiar en la que la pareja anunció su compromiso.

En ese momento, la novia aprovechó para hacer una inesperada petición en público:

“Mi prima quiere que pague parte de su boda. Así como escucharon, mi prima me dio cara, no sé, de Rockefeller. Cuestión que estábamos todos cenando cuando dieron el gran anuncio y ahí, adelante de toda mi familia, mi prima dice: ‘Además, estoy segura de que Martín nos va a poder ayudar con una parte de la fiesta’. Y yo digo: ‘Sí, obvio, ¿qué necesitas?’”.

La mujer pensó que su ayuda sería logística o de apoyo moral, pero la conversación tomó otro rumbo:

“A lo que mi prima me dice: ‘No, no, eso lo tengo resuelto. Lo único que necesito es una ayuda financiera’. ¿Qué? Escuché bien. Me dice: ‘Como vos ahora estás trabajando en una multinacional y pagas en otra moneda, pensé que podías ayudarnos’. Y cuando le pregunté cuánto necesitaba, me dijo: ‘Creo que con la mitad estaría bien’. ¡La mitad de toda la fiesta!”.

La presión social y los comentarios en redes

El video, compartido en Instagram, generó una ola de reacciones. Muchos usuarios consideraron inapropiada la solicitud de la novia y señalaron que se trataba de un intento de presión social al hacer la petición frente a toda la familia.

Entre los comentarios más destacados se leyeron frases como:

“Nunca he entendido por qué quieren hacer fiestas si no tienen dinero”, “No busquen padrinos, ahorren” o “Decirlo delante de la familia fue una forma de manipulación emocional”.

La protagonista cerró su relato señalando que, tras negarse a pagar, fue desinvitada de la boda, pero aseguró no arrepentirse:

“Estudié, trabajé y me esforcé para poder cobrar en otra moneda, no para pagar la boda de mi prima.”

La anécdota, que combina humor, incomodidad y crítica social, ha abierto un debate sobre los límites financieros entre familiares y la cultura de las bodas costosas sin recursos suficientes.