Cuáles son los colores que usan las personas ansiosas, según los expertos
Las personas con ansiedad tienden a elegir colores apagados o neutros.

CIUDAD DE MÉXICO.- La elección de los colores que usamos a diario refleja mucho más que gustos personales. Estudios recientes en psicología del color y personalidad muestran que quienes presentan ansiedad tienden a preferir ciertos tonos que buscan transmitir seguridad, calma o protección. La forma en que combinamos y aplicamos los colores puede influir directamente en nuestro estado emocional y en cómo nos perciben los demás.
Colores comunes entre personas con ansiedad
Investigaciones académicas señalan que las personas con ansiedad suelen inclinarse hacia colores apagados o neutros. Tonos como gris, marrón, negro o azul oscuro reflejan una tendencia a pasar desapercibido o a protegerse del entorno. Un estudio publicado en The European Journal of General Medicine indica que “las personas con altos niveles de ansiedad prefieren colores apagados en lugar de colores brillantes”, lo que puede estar relacionado con su deseo de evitar atención o estímulos que generen estrés.
El rojo, aunque se asocia con energía y alerta, tiene un papel particular en personas ansiosas. Su uso puede responder a la necesidad de sentirse más seguros, pero su intensidad también puede incrementar la tensión. Por ello, los expertos sugieren emplearlo con moderación y en combinaciones que suavicen su efecto.
Colores que ayudan a reducir la ansiedad
Algunos colores son reconocidos por sus propiedades calmantes y su capacidad para generar equilibrio emocional.
- Azul: Se asocia con la serenidad, reduce el estrés y promueve concentración. Especialistas en psicología cognitiva lo recomiendan en espacios de trabajo y estudio para mantener la calma.
- Verde: Representa la naturaleza y la estabilidad. Puede ayudar a renovar la sensación de bienestar y reducir la ansiedad, sobre todo cuando se integra en la decoración o en prendas de vestir.
- Tonos tierra suaves: Beige, marrón claro y crema transmiten seguridad y conexión con el entorno. Son útiles para personas que buscan un efecto reconfortante en su día a día.
El uso de estos colores no solo impacta en la vestimenta, sino también en los espacios personales, como dormitorios, oficinas y salas de estar, donde pueden ayudar a mantener un ambiente tranquilo.
Aplicaciones prácticas de la psicología del color
Conocer los efectos de los colores permite tomar decisiones conscientes que favorezcan el bienestar emocional. Algunos ejemplos prácticos incluyen:
- Ropa: Optar por tonos suaves y combinaciones equilibradas puede ayudar a reducir tensión en situaciones sociales o laborales.
- Decoración del hogar: Integrar azul o verde en paredes, muebles o accesorios puede generar un espacio relajante.
- Accesorios y detalles personales: Usar pulseras, bufandas o elementos decorativos en colores calmantes contribuye a una sensación de control y seguridad.
Además, los expertos recomiendan prestar atención a cómo reaccionamos emocionalmente ante distintos colores, ya que la percepción es individual y puede variar según el contexto.
Colores que aumentan la ansiedad
No todos los colores generan efectos positivos. Tonos brillantes, saturados o muy contrastantes, como rojo intenso, amarillo y naranja, pueden ser estimulantes y provocar mayor ansiedad. Esto no significa que deban eliminarse por completo, sino que su uso debe ser moderado y consciente, especialmente en personas con niveles altos de estrés.
La importancia del contexto y la cultura
La percepción del color no es universal. Factores culturales y personales influyen en cómo los colores afectan nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, en algunos países, el blanco se asocia con pureza y calma, mientras que en otros puede tener connotaciones de duelo. Por ello, es importante combinar la psicología del color con la experiencia individual y el entorno en el que vivimos.
Conclusión
La elección de los colores puede convertirse en una herramienta útil para manejar la ansiedad y mejorar el bienestar diario. Desde la ropa hasta la decoración, seleccionar tonos que generen calma y equilibrio ayuda a mantener un entorno más estable y controlado. Como advierten los especialistas, “la relación entre el color y la ansiedad puede variar según la persona y el contexto”. Por ello, la clave está en observar cómo nos sentimos con los colores que usamos y aplicar aquellos que favorezcan nuestro estado emocional.
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Adoptar esta perspectiva práctica permite no solo mejorar nuestro bienestar, sino también comunicar seguridad y tranquilidad a quienes nos rodean, creando un ambiente más armonioso y consciente en la vida diaria.
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