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Cenar más temprano podría ayudarte a ser más longevo, según estudios

Cenar temprano mejora la salud y puede aumentar la longevidad.

Cenar más temprano podría ayudarte a ser más longevo, según estudios

CIUDAD DE MÉXICO.- Vivir más y en mejores condiciones se ha convertido en una meta compartida. En los últimos años, la búsqueda de longevidad y bienestar ha impulsado a muchas personas a modificar su alimentación y rutinas diarias. Entre las recomendaciones más respaldadas por la ciencia, hay una que sorprende por su simplicidad: cenar temprano.

De acuerdo con estudios citados por GQ y fuentes como Science Alert, Sleep Foundation y los National Institutes of Health (NIH), adelantar la última comida del día no solo se asocia con una vida más larga, sino también con una mejor calidad de vida. Esta práctica, accesible para cualquier persona, contribuye al equilibrio metabólico, al descanso y al bienestar mental.

Los especialistas explican que cenar tarde puede alterar los procesos hormonales y metabólicos, elevando el riesgo de enfermedades crónicas. Por el contrario, cenar temprano facilita que el cuerpo regule sus funciones de manera más eficiente.

Cómo influye el horario de la cena en el cuerpo

Uno de los efectos más directos de cenar temprano es la mejora del sueño. Comer poco antes de acostarse puede dificultar la digestión y causar molestias como reflujo o acidez. Según la Sleep Foundation, ingerir la mayor parte de las calorías al final del día “puede favorecer el aumento de peso y afectar la capacidad del cuerpo para recuperarse durante la noche”.

Por ello, los expertos sugieren dejar pasar un intervalo razonable entre la cena y la hora de dormir. Si aparece hambre más tarde, se recomienda optar por refrigerios ligeros. Este margen permite que el organismo complete la digestión antes del descanso y mantenga estable la energía nocturna.

La relación entre los horarios de comida y el llamado ritmo circadiano también resulta clave. Los NIH explican que “las hormonas circadianas, como el cortisol y la melatonina, interactúan con la hora de comer y desempeñan un papel vital en la regulación de los procesos metabólicos”. Comer de noche, cuando la melatonina aumenta, puede afectar la tolerancia a la glucosa y alterar el metabolismo.

El papel del ayuno intermitente y el metabolismo

Cenar temprano favorece el ayuno intermitente, una práctica que ha ganado respaldo científico por sus beneficios en la salud. Según la Clínica Mayo, mantener un mayor tiempo de ayuno durante la noche ayuda a regular la glucosa, controlar el peso, reducir el colesterol y prevenir la inflamación crónica.

El metabolismo también mejora cuando se adelanta la cena. Los NIH señalan que “consumir comidas más tarde en el día se asocia con una mayor prevalencia de trastornos metabólicos, mientras que comer de forma temprana y restringida en el tiempo mejora los niveles de glucosa en sangre y la oxidación de sustratos”. En otras palabras, el cuerpo aprovecha mejor la energía cuando las comidas principales se concentran en las primeras horas del día.

Prevención de enfermedades y bienestar mental

El SPARSH Diagnosis Center destaca que cenar temprano se ha relacionado con una menor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, trastornos digestivos o cardíacos. “Estudios han demostrado que comer tarde por la noche está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Una razón es que este hábito puede contribuir a niveles más altos de triglicéridos”, indica la institución.

Además de los beneficios físicos, el horario de la cena también influye en el bienestar mental. Mantener estables los niveles de glucosa ayuda a conservar una actitud equilibrada y una mayor claridad mental, lo cual favorece la concentración y la gestión del estrés diario.

Cómo aplicar este hábito en la vida diaria

Los expertos recomiendan planificar la cena con al menos dos o tres horas de anticipación respecto al momento de dormir. Si el hambre aparece más tarde, conviene elegir opciones ligeras como frutas, yogur o infusiones. También se sugiere escuchar al cuerpo y evitar comidas copiosas o muy tardías.

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Adoptar este sencillo ajuste puede traducirse en noches de sueño más reparador, energía al despertar y mejor disposición para enfrentar las tareas cotidianas. En palabras de GQ, cenar temprano no solo ayuda a vivir más, sino también a vivir mejor.

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