El kéfir, la bebida fermentada que fortalece la salud intestinal según Harvard
El kéfir, bebida fermentada originaria del Cáucaso, contiene bacterias y levaduras vivas que benefician la digestión y el sistema inmunológico.

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante siglos, el kéfir fue considerado un “oro blanco” en las regiones montañosas del Cáucaso. Hoy, esta bebida fermentada ha ganado un nuevo lugar en la alimentación saludable, impulsada por investigaciones que confirman sus beneficios para la digestión y el sistema inmunológico.
El kéfir se prepara con gránulos que combinan bacterias y levaduras vivas, y puede elaborarse fácilmente en casa. La Escuela de Salud Pública de Harvard y diversos estudios científicos lo reconocen como una fuente importante de probióticos con efectos positivos en la microbiota intestinal.
“Su consumo regular puede favorecer la digestión, reducir molestias gastrointestinales y reforzar la barrera intestinal”, señala la institución. Además, ayuda a descomponer la lactosa y las proteínas, lo que lo convierte en una alternativa viable incluso para personas con intolerancia parcial.
Cómo actúa el kéfir en el organismo
Los especialistas de Harvard explican que la diversidad de microorganismos del kéfir promueve un entorno intestinal más equilibrado. Esto mejora la absorción de nutrientes y fortalece el sistema inmunológico, ya que más del 70% de las células defensivas del cuerpo se encuentran en el intestino.
El secreto del kéfir está en sus gránulos, estructuras gelatinosas que contienen hasta sesenta cepas distintas de bacterias y levaduras, como Lactobacillus y Bifidobacterium. Estas especies trabajan en conjunto para aumentar la cantidad de microorganismos beneficiosos.
Un estudio publicado en la National Library of Medicine observó que el kéfir puede aliviar síntomas del síndrome de colon irritable y reducir la inflamación gastrointestinal. Además, su consumo regular contribuye a restaurar la microbiota intestinal después de tratamientos con antibióticos o periodos de estrés.
Beneficios comprobados para la digestión
Los probióticos del kéfir desplazan bacterias dañinas y favorecen la recuperación del equilibrio intestinal. Según diversas investigaciones, esto ayuda a mejorar problemas como diarrea, estreñimiento, distensión abdominal y molestias digestivas.
También se ha identificado que el kéfir favorece la absorción de minerales como calcio y magnesio, esenciales para el metabolismo y la salud ósea. En general, su consumo constante refuerza la resistencia frente a infecciones intestinales y mejora el bienestar digestivo.
Expertos recomiendan consumir entre 100 y 200 mililitros al día. En la mayoría de los casos es bien tolerado, aunque algunas personas pueden experimentar gases o ligera hinchazón durante los primeros días, síntomas que suelen desaparecer con la adaptación del cuerpo.
Cómo preparar kéfir en casa de forma segura
Elaborar kéfir es un proceso sencillo, pero requiere higiene y cuidado. Se pueden usar tres bases: leche pasteurizada, bebidas vegetales o agua azucarada. Los gránulos de kéfir se colocan en un frasco de vidrio con el líquido, se cubre con un paño limpio y se deja fermentar entre 24 y 48 horas a temperatura ambiente.
Es importante usar utensilios no metálicos, lavar bien las manos y esterilizar el material antes de comenzar. Una vez lista la bebida, los gránulos se retiran —pueden reutilizarse— y el kéfir se guarda en refrigeración hasta por diez días. Si presenta olor, sabor o apariencia extraños, se recomienda desecharlo.
Tipos de kéfir y su valor nutricional
El kéfir de leche contiene proteínas de alta calidad, calcio, fósforo y vitaminas del grupo B y K2. Un vaso de 100 mililitros aporta alrededor de 120 miligramos de calcio. Además, al fermentarse, su contenido de lactosa disminuye, lo que facilita la digestión.
Por su parte, el kéfir de agua es una opción no láctea, con menos proteínas pero una alta concentración de probióticos y antioxidantes. Ambas versiones ofrecen beneficios si se elaboran con cultivos vivos y en condiciones adecuadas de higiene.
Un hábito saludable con evidencia científica
El kéfir, antes reservado a las comunidades del Cáucaso, hoy es un aliado para quienes buscan cuidar su salud intestinal de manera natural. Su riqueza microbiana y su respaldo científico lo posicionan como una bebida funcional para fortalecer la flora intestinal y apoyar la inmunidad general.
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La clave, según los expertos, está en la regularidad del consumo, la calidad del fermento y una dieta equilibrada que favorezca el mantenimiento de una microbiota sana.
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