Astrónomos confirman que un “asteroide activo” es en realidad un raro cometa del cinturón principal
El objeto 456P/PANSTARRS mostró actividad recurrente, confirmando la presencia de hielo y desafiando lo que se sabía sobre el origen del agua en la Tierra.
Tucson, Arizona.- Astrónomos confirmaron que el objeto 456P/PANSTARRS es un cometa del cinturón principal, una categoría poco común de cuerpos helados que orbitan dentro del cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter. Este hallazgo es relevante porque desafía la visión tradicional de que el hielo solo puede sobrevivir en las regiones más frías y alejadas del sistema solar.
El cometa fue detectado por primera vez en 2021, pero los científicos necesitaban comprobar si su actividad —la formación de una cola de polvo— era resultado de un evento aislado, como un impacto, o de un proceso natural. La prueba definitiva llegó en octubre de 2024, cuando volvió a mostrar una cola al acercarse al Sol. Esta actividad recurrente confirmó que la causa es la sublimación de hielo, lo que lo diferencia de los asteroides activos que muestran polvo solo por colisiones o rotación.
La verificación requirió una amplia colaboración internacional, con observaciones realizadas desde 2021 hasta 2024 utilizando telescopios en Chile (Telescopio Magellan Baade de 6.5 metros), Arizona (Telescopio Lowell Discovery de 4.3 metros) y el Observatorio Gemini Sur (8.1 metros). En total, se comprobó que el objeto permanecía inactivo en los momentos más alejados del Sol, reforzando que su comportamiento depende directamente de la radiación solar.
Este objeto no es solo un asteroide que experimentó un evento único que le hizo mostrar actividad una vez, sino que es un cuerpo inherentemente activo y helado similar a otros cometas del sistema solar exterior.” — Henry Hsieh, científico del Instituto de Ciencia Planetaria (PSI).
Con este descubrimiento, 456P/PANSTARRS se convierte en el 14º cometa del cinturón principal confirmado, lo que aporta nuevas pistas sobre la distribución del agua en el Sistema Solar y su posible llegada a la Tierra. Los astrónomos destacan que ampliar el número de estos objetos conocidos permitirá entender mejor sus propiedades, como tamaño, frecuencia de actividad y ubicación, información clave para reconstruir la historia del agua y el origen de la vida en nuestro planeta.