Cómo prevenir la enfermedad cardíaca más allá de los medicamentos, según un cardiólogo
La enfermedad cardíaca provoca cerca de 18 millones de muertes al año en el mundo.
CIUDAD DE MÉXICO.- Cada año, la enfermedad cardíaca provoca cerca de 18 millones de muertes en todo el mundo. El Dr. Pradip Jamnadas, cardiólogo intervencionista y fundador del Heart and Vascular Institute of Central Florida, advierte que atender solo los síntomas con fármacos o procedimientos no detendrá esta epidemia.
La principal causa de muerte en el mundo
En entrevista con el pódcast The Diary Of A CEO, explicó que la verdadera prevención comienza mucho antes de que aparezcan los síntomas y depende de tres pilares: la alimentación, el estilo de vida y el manejo del estrés.
“La enfermedad cardíaca tiene raíces multifactoriales”, señaló el especialista, quien identifica la inflamación sistémica como origen central de los episodios coronarios. “Un ataque cardíaco ocurre cuando una placa en la arteria se rompe por inflamación y el cuerpo forma un coágulo que bloquea el flujo sanguíneo”, explicó.
Factores que detonan la inflamación
De acuerdo con Jamnadas, los principales detonantes de la inflamación son las dietas altas en azúcares y carbohidratos procesados, el consumo frecuente de ultraprocesados, la resistencia a la insulina, el estrés crónico, la exposición a tóxicos y la alteración de la microbiota intestinal.
Un papel clave lo juega la grasa visceral, la que se acumula en el abdomen, ya que libera moléculas inflamatorias que favorecen la formación de placas arteriales. Este mecanismo explica por qué cada vez hay más casos en personas jóvenes, incluso de apenas 28 años, cuando antes la mayoría se presentaba después de los 65.
El médico advirtió que muchos de estos pacientes no son diagnosticados en los análisis convencionales. “Muchos no son diabéticos, pero presentan niveles elevados de insulina, lo que desencadena inflamación y endurecimiento de las arterias”, puntualizó.
Estrategias de prevención integral
El especialista sostiene que el cambio de hábitos es la vía más efectiva para reducir riesgos. Entre sus principales recomendaciones está el ayuno intermitente: “El ayuno es la herramienta más poderosa para reducir la grasa visceral y la inflamación”, afirmó.
Propone iniciar con esquemas de 12 horas de ayuno y 12 de alimentación, avanzar a 18:6 y, en casos de obesidad o diabetes, considerar ayunos más prolongados bajo supervisión médica. El objetivo es disminuir la insulina y promover el uso de la grasa almacenada como energía.
En la dieta, aconseja eliminar azúcares, harinas refinadas, ultraprocesados y aceites vegetales industriales, además de limitar frutas fuera de temporada. Recomienda priorizar alimentos con fibra, vegetales variados, fermentados y grasas saludables como el aceite de oliva extra virgen o de coco. También sugiere evitar suplementos de calcio y dar preferencia a vitamina D3, K2 y omega-3.
Ejercicio, sueño y manejo del estrés
Jamnadas subraya que el ejercicio debe mantenerse en equilibrio. Señala que demasiado entrenamiento aeróbico puede ser contraproducente y recomienda incluir rutinas de resistencia, intervalos de alta intensidad y sesiones aeróbicas cortas, de no más de 20 minutos.
El descanso es otro pilar. Dormir al menos siete horas permite regular la insulina y proteger la microbiota intestinal. El cardiólogo también sugiere técnicas como respiración profunda, meditación, canto o exposición al frío para estimular el nervio vago y reducir el impacto del estrés.
“Dormir bien y aprender a gestionar el estrés es tan importante como la alimentación”, comentó el especialista, quien considera que estas prácticas ayudan a restablecer el equilibrio fisiológico.
Casos que muestran resultados
El cardiólogo compartió ejemplos de pacientes que lograron revertir su condición. Una mujer con obesidad, diabetes e hipertensión perdió más de 25 kilos y normalizó su presión tras un ayuno supervisado de 72 días. En otro caso, un hombre sin factores de riesgo evidentes, pero con alto puntaje de calcio coronario, mejoró al recuperar la salud de su microbiota intestinal.
Para Jamnadas, estas experiencias muestran que, aunque la mayoría de los episodios cardíacos son evitables, a veces los factores de riesgo no son tan evidentes y requieren un enfoque más amplio.
Hacia una prevención sostenible
El especialista insiste en que los medicamentos y las intervenciones médicas no bastan si no se cambian los hábitos de fondo. Recomienda pruebas preventivas como el score de calcio coronario y paneles inflamatorios para detectar riesgos tempranos.
En sus palabras, la educación sanitaria y la modificación de hábitos “superan la eficacia de cualquier intervención médica aislada”. Su propósito es guiar a los pacientes hacia una vida plena, donde la prevención y el bienestar sostenible sean la prioridad.