El Imparcial / Lo Curioso / Calvicie

¿Cómo lidian los hombres jóvenes con la pérdida prematura de cabello?

La pérdida de cabello en hombres jóvenes puede afectar la autoestima y la vida social, pero existen opciones médicas, quirúrgicas y estéticas que ayudan a recuperar confianza.

CIUDAD DE MÉXICO.- Judah Cousin, un joven de 19 años de Cardiff, relató que comenzó a perder el cabello a los 16, una experiencia que describió como “completamente agotadora”. La calvicie lo llevó a aislarse de su familia y amigos, y su vida cotidiana se vio dominada por la preocupación constante por su apariencia. “No salía si hacía viento, no iba a nadar, siempre iba al gimnasio con gorra... Recuerdo ducharme tres veces para que el cabello quedara perfecto y terminé llegando tarde a mi fiesta de graduación por eso”, recordó.

La calvicie común, conocida médicamente como alopecia androgénica, es la forma más frecuente de pérdida de cabello en hombres. De acuerdo con el Instituto Nacional para la Calidad de la Sanidad y de la Asistencia del Reino Unido (NICE), suele comenzar entre los 20 y 25 años y es causada por factores genéticos y hormonales. Generalmente, la caída inicia en la parte frontal y lateral del cuero cabelludo antes de progresar hacia la parte posterior.

El caso de Cousin resalta cómo la alopecia puede afectar la autoestima y la salud emocional. Cuando sus amigos empezaron a hacer comentarios sobre su cabello, sus inseguridades aumentaron y sus padres comenzaron a preocuparse. “Tengo cientos y cientos de videos míos en los que me veo miserable, revisando mi cabello y el progreso de la caída. Estaba completamente controlado por esto”, afirmó el joven.

Estrategias y tratamientos: opciones disponibles

Para lidiar con la pérdida de cabello, Cousin exploró diferentes opciones, desde medicamentos hasta implantes capilares. Actualmente, utiliza una prótesis capilar semipermanente y busca que su experiencia ayude a otros a afrontar la situación “sin vergüenza”. Además, trabaja en un filme titulado More Than What You See (Más de lo que puedes ver), que refleja la relación entre un adolescente y su madre mientras lidia con la calvicie.

En Reino Unido, existen dos medicamentos autorizados para tratar la alopecia androgénica: finasteride y minoxidil, aunque no están disponibles en el Servicio Público de Salud y pueden causar efectos secundarios. Por otra parte, los sistemas capilares, como pelucas, tupés y extensiones, y productos para camuflar la piel, como aerosoles de fibra pigmentada, ofrecen alternativas estéticas. Los trasplantes capilares, generalmente realizados de manera privada, también han ganado popularidad entre hombres jóvenes, con destinos como Turquía siendo frecuentes para este tipo de procedimientos.

Historias como la de Luke Shepherd, de 34 años y maestro de primaria, reflejan el impacto emocional de la calvicie. Tras probar con sprays y fibras para disimular la pérdida de cabello, decidió optar por una prótesis capilar que considera le “cambió la vida por completo”. “La falta de cabello me hacía sentir mal conmigo mismo, así que tomé medidas para solucionarlo”, relató.

Cambio de percepción y desestigmatización

El exjugador de rugby Xavier Rush prefirió esperar a retirarse del deporte antes de someterse a un trasplante capilar, para evitar críticas de compañeros. Hoy, además de realizarse su procedimiento, abrió un negocio de trasplantes y recibe consultas de hombres preocupados por su apariencia frente a cámaras de Zoom o redes sociales. Rush asegura que “cada vez hay menos estigma en torno a los trasplantes capilares”, aunque admite que la preocupación por un resultado natural sigue presente.

Sharon Thomas, especialista en prótesis capilares sin cirugía, afirma que la mayoría de sus clientes ahora son hombres, con edades que van desde los 17 hasta los 80 años. Destaca que las prótesis modernas son más finas, rápidas de aplicar y económicas, ofreciendo resultados inmediatos y mejorando la confianza de quienes las utilizan.

También podría interesarte:

La experiencia de estos jóvenes y profesionales evidencia que, aunque no existe una cura para la alopecia androgénica, las opciones actuales permiten recuperar la confianza y mejorar la calidad de vida. La visibilidad de estas historias también contribuye a disminuir el estigma social asociado a la pérdida de cabello, ofreciendo alternativas tanto estéticas como emocionales a quienes la enfrentan.

Temas relacionados