El lamento al rey de Tiro en la Biblia: una posible mirada a cómo era Lucifer antes de su caída

MÉXICO-. La Biblia ofrece pasajes que han sido interpretados por teólogos como una descripción del estado original de Lucifer, antes de su rebelión contra Dios.

Uno de los textos más destacados se encuentra en Ezequiel 28, un lamento dirigido al Rey de Tiro, que muchos estudiosos asocian con el querubín creado por Dios.

En Ezequiel 28:13-14 (Reina-Valera 1960) se describe:

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“En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura: de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.”

Este pasaje revela que fue creado con perfección, rodeado de música y adornado con piedras preciosas, destacando su rol como querubín protector en la presencia divina. Sin embargo, la Biblia también relata su caída:

Ezequiel 28:15-19 (RVR1960) dice:

“Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de violencia, y pecaste; por lo que yo te arrojaré… Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra… Todos los que te conocen entre los pueblos se asombrarán a causa de ti; serás espantajo, y nunca más serás.”

Estas palabras muestran que, pese a su perfección inicial, la soberbia y la maldad lo condujeron a la ruina.

Su caída también se refleja en Isaías 14:12-15 (RVR1960):

“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!… Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono… Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo.”

El texto enfatiza que su nombre, “Lucero” o “hijo del Alba”, reflejaba su gloria original.

Aun así, aunque su título permanece, su significado se perdió con su rebelión, transformándose en un símbolo de oscuridad y separación de Dios.

La tradición teológica interpreta que este querubín fue creado para el honor y la protección, rodeado de música celestial y esplendor, pero que su enaltecimiento y desobediencia dieron lugar a su corrupción.

Así, la Biblia no solo registra su caída, sino que también evidencia lo que fue y lo que dejó de ser, un ser que, habiendo sido luz, ahora se manifiesta como oscuridad.

Fuentes y referencias

• Biblia, Reina-Valera 1960: Ezequiel 28:13-19; Isaías 14:12-15.

• Comentarios bíblicos de Matthew Henry y John Gill sobre Ezequiel 28 y la caída de Lucifer.