ESTADOS UNIDOS-. Un video que circula en TikTok ha encendido el debate en redes sociales luego de que una creadora de contenido, identificada como Brooke, compartiera la experiencia de recibir un paquete equivocado que contenía trajes de baño supuestamente diseñados para bebés, pero con modelos idénticos a bikinis diminutos para adultos.

El pedido equivocado que se volvió viral

Según relató la influencer, ella había encargado un pedido personalizado de trajes de baño, pero al recibir el paquete descubrió que no era el suyo.

Al comunicarse con la marca, le informaron que debía devolverlo de inmediato, ya que pertenecía a otra clienta que los necesitaba con urgencia para unas vacaciones.

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La sorpresa llegó cuando Brooke abrió el paquete y encontró 3 bikinis para bebés de entre 12 y 18 meses, pero con diseños que imitaban modelos de adultos: diminutos triángulos en la parte superior y prendas ajustadas con volantes en la parte trasera.

Ante la situación, decidió grabar un video mostrando lo que había recibido, pues consideró que se trataba de algo inapropiado.

El clip rápidamente se viralizó, acumulando más de 13 mil reacciones y cientos de comentarios.

Entre ellos, padres y usuarios expresaron su incomodidad al considerar que estos diseños sexualizan a los niños.

La respuesta de la marca y la reacción en redes

Aunque Brooke no reveló públicamente el nombre de la empresa, la propietaria de la marca afectada respondió también en TikTok.

En su video aseguró que la influencer solo buscaba atención y que su negocio era pequeño, por lo que la exposición negativa le resultaba injusta.

Sin embargo, en ningún momento aclaró la naturaleza de los diseños infantiles con estética adulta, limitándose a insistir en que se trataba de un pedido urgente para otra clienta.

Los comentarios de los internautas no tardaron en encenderse. Algunos señalaron:

“Los niños se visten de niños y punto”, mientras que otros defendieron que los trajes infantiles deberían ser enteros, con mangas y colores brillantes para garantizar protección y visibilidad. Padres de familia también se sumaron a la crítica: “Tengo un bebé y jamás le pondría este tipo de trajes”.

Un debate abierto

El caso ha despertado una discusión más amplia sobre los límites de la moda infantil y la delgada línea entre la creatividad de las marcas y la posible sexualización de los menores.

Si bien la marca ha intentado restar importancia al asunto, el eco en redes sociales muestra que para muchas familias estos diseños resultan inaceptables.

La controversia plantea la necesidad de un debate más profundo sobre la ética en la industria de la moda infantil, especialmente cuando los diseños evocan estilos pensados originalmente para adultos.