Quitarse los zapatos en casa, más que una costumbre, es cuestión de higiene según la ciencia
Dejar los zapatos en la entrada de casa es una eficaz medida de higiene avalada por la ciencia.

CIUDAD DE MÉXICO.- La práctica de dejar los zapatos en la entrada del hogar, una tradición arraigada en muchas culturas asiáticas, ganó popularidad en Occidente durante la pandemia de COVID-19. No obstante, con el paso del tiempo, esta costumbre parece haberse relajado en muchos hogares. Lejos de ser una simple manía, los especialistas señalan que se trata de una medida higiénica con bases científicas sólidas.
Evidencia científica: lo que revelan los estudios
Diversas investigaciones han analizado la cantidad de microorganismos que se adhieren al calzado. Un estudio dirigido por el doctor Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, encontró un promedio de 421,000 unidades de bacterias en el exterior de los zapatos y 2,887 en el interior. Entre los patógenos identificados se incluyen la Escherichia coli, causante de infecciones intestinales y urinarias; la Klebsiella pneumoniae, asociada a neumonía e infecciones sanguíneas; y la Serratia ficaria, que puede provocar infecciones en las vías respiratorias.
Otra investigación de la Universidad de Houston, que examinó las suelas de 280 personas, detectó la presencia de la bacteria Clostridium difficile en el 26.4% de las muestras. Este patógeno es conocido por su alta capacidad de contagio. Un hallazgo aún más relevante mostró que el 74% de las cepas de C. difficile encontradas en el calzado de trabajadores de la salud coincidían con las de pacientes hospitalizados, sugiriendo un potencial real de transmisión en entornos sensibles.
Jinhee Jo, investigadora de la Universidad de Houston y autora principal del estudio, fue contundente: “Las suelas de tus zapatos no están limpias. Pueden introducir bacterias dañinas en tu baño o cocina, lo que podría enfermarte”. Los expertos coinciden en que la exposición a estos patógenos depende de los lugares por los que se camina, y que limpiar los zapatos en un felpudo es insuficiente debido a las grietas donde se acumulan los gérmenes.
Recomendaciones prácticas para el hogar
Frente a esta evidencia, las recomendaciones de los expertos son claras: la medida más efectiva es quitarse los zapatos antes de ingresar a la casa. Esto ayuda a prevenir que bacterias peligrosas, que pueden sobrevivir desde horas hasta varios años en las superficies del hogar, se dispersen por alfombras y pisos. Además, es crucial mantener una correcta higiene de manos después de manipular el calzado para evitar transferir patógenos a la boca o a los alimentos durante su preparación.
Para el mantenimiento general del calzado, se sugiere una limpieza a fondo cada dos meses. Sin embargo, las zapatillas deportivas, por su uso, podrían necesitar lavarse cada dos semanas. El proceso implica eliminar la suciedad suelta con un cepillo, lavarlas a mano con agua tibia y detergente suave (nunca en lavadora), y secarlas al aire libre, lo que puede tomar alrededor de ocho horas.
Para zapatos de cuero, se recomienda usar un cepillo seco y una solución de detergente suave, evitando frotar con fuerza para no dañar el material. Posteriormente, se puede lustrar con una pomada especial. En el caso de la gamuza, lo ideal es emplear un cepillo específico o una toalla, trabajando siempre en la dirección de la tela. Para manchas resistentes, se puede usar un paño humedecido en vinagre blanco, frotando en direcciones alternas.
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