COREA DEL NORTE-. La noticia ha dejado boquiabierto al mundo: uno de los países más herméticos y aislados del planeta, Corea del Norte, inauguró un lujoso complejo turístico en su costa este.

Se trata del Wonsan-Kalma Coastal Tourist Area, un proyecto monumental que busca mostrar una nueva cara del régimen liderado por Kim Jong Un.

Lujo en un país marcado por el hermetismo

El resort fue inaugurado el 24 de junio de 2025 por el propio Kim Jong Un, quien estuvo acompañado de su esposa Ri Sol-ju y de su hija Kim Ju-ae.

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La presencia de la menor no pasó desapercibida, pues algunos analistas especulan que podría ser la heredera política de la dinastía Kim, lo que la convertiría en la primera mujer en asumir el poder en este régimen absolutista.

El complejo abarca 4 kilómetros de costa y unas 245 hectáreas, con capacidad para 20 mil visitantes.

Cuenta con 54 hoteles, parques acuáticos, instalaciones deportivas, restaurantes, pubs y un cine, lo que lo convierte en el mayor desarrollo turístico del país hasta la fecha.

Su construcción tomó casi siete años, retrasada por sanciones internacionales, problemas logísticos y la pandemia.

Según medios estatales, el proyecto es considerado “uno de los logros más importantes del año” y pretende impulsar el turismo como motor económico, en un país donde las carencias y la desigualdad son visibles.

Turismo restringido y con fines propagandísticos

A pesar de sus instalaciones de primer nivel, el resort no fue abierto al turismo internacional de manera general.

El 1 de julio de 2025 comenzó a recibir visitantes, pero solo de origen norcoreano.

Semanas más tarde, un grupo de turistas rusos fue admitido como muestra de la estrecha relación entre Moscú y Pyongyang.

Sin embargo, poco después las autoridades suspendieron la entrada de extranjeros, limitando el uso del resort a sus propios ciudadanos.

Expertos señalan que, aunque el complejo tiene potencial para atraer visitantes, la decisión de restringir su acceso responde al temor del régimen de perder el control sobre su narrativa y a la necesidad de mantener una imagen cuidadosamente construida hacia el exterior.

A futuro, se prevé que solo rusos y chinos, sus principales aliados diplomáticos, puedan tener acceso.

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El Wonsan-Kalma se proyecta así como un escaparate de modernidad y lujo en medio de un país donde gran parte de la población enfrenta escasez y limitaciones.

Para muchos analistas, más que una apuesta económica, se trata de un instrumento de propaganda destinado a fortalecer la figura de Kim Jong Un y a consolidar la imagen de su hija como posible sucesora.

La inauguración del resort Wonsan-Kalma muestra cómo Corea del Norte busca sorprender al mundo con un proyecto turístico de gran escala, aunque en la práctica mantenga su política de aislamiento.

Entre la ostentación de lujo y la restricción al extranjero, el complejo revela una vez más las contradicciones de un régimen que abre sus puertas solo lo suficiente para seguir controlando lo que deja ver al exterior.

Fuentes: Huffington Post, The Week, UPI, AS.