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El linaje de Jesús: por qué muchos aseguran que es descendiente del Rey David

La genealogía de Jesucristo no es una contradicción, sino una prueba magistral del plan de redención de Dios

El linaje de Jesús: por qué muchos aseguran que es descendiente del Rey David

MÉXICO-. Un análisis histórico-teológico de los evangelios y los textos proféticos del Antiguo Testamento confirma que la genealogía de Jesucristo no solo es un registro histórico, sino una narrativa divina de juicio, misericordia y la fidelidad inquebrantable de Dios a sus promesas, particularmente la hecha al rey David.

La promesa fundamental se encuentra en 2 Samuel 7:12-13 (RVR60), donde el profeta Natán le comunica a David:

«Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino».

Imagen del Rey David generada con Chatgpt

Este “uno de su linaje” se entendió mesiánicamente, estableciendo que el Cristo, el Ungido, debía ser un descendiente físico del rey David.

Sin embargo, el camino por el cual este linaje llegó a Jesús está marcado por un acto de juicio divino y una posterior muestra de gracia.

El Juicio a la Línea Real: La Maldición sobre Jeconías

El reinado de Salomón, hijo de David y heredero directo del trono, comenzó con sabiduría pero decayó en desobediencia debido a sus muchas esposas extranjeras que desviaron su corazón hacia otros dioses (1 Reyes 11:4-6).

Esta desobediencia generó consecuencias que reverberarían en la línea de sucesión real.

Un descendiente clave en esta línea fue Jeconías (también llamado Joaquín o Conías), un rey de Judá de quien la Escritura registra un juicio severo.

Tras una serie de reyes desobedientes que llevaron al reino al borde del exilio, Dios pronunció un castigo irrevocable sobre Jeconías y su línea paterna directa.

El profeta Jeremías declaró en Jeremías 22:30 (RVR60):

«Así ha dicho Jehová: Escribid que este hombre [Jeconías] será privado de hijos, hombre a quien no prosperará en sus días; porque ningún descendiente suyo prosperará, sentándose sobre el trono de David, ni reinando sobre Judá».

Este versículo establece una maldición legal-divina: ningún hijo físico de Jeconías tendría el derecho legítimo de reinar en el trono de David.

La línea salomónica, por tanto, fue judicialmente descalificada para producir al Mesías por su propia desobediencia.

La Provisión de gracia: La Línea de Natán

Ante este impedimento legal, la fidelidad de Dios a su pacto con David se manifestó a través de la gracia. La promesa no se canceló; se cumplió a través de otro hijo de David.

El evangelista Lucas, al trazar la genealogía de Jesús, no lo hace a través de José, sino a través de la línea maternal de MaríaLucas 3:23-38 traza el linaje retrocediendo hasta

«el hijo de José, como se creía», para luego llegar a David a través de un hijo diferente: «hijo de Matat, hijo de Leví... hijo de Natán, hijo de David» (Lucas 3:31, RVR60).

Natán fue otro hijo de David y Betsabé, menos conocido que Salomón, pero que no estuvo sujeto al juicio pronunciado sobre la línea real de Jeconías.

Natán hijo del Rey David/ Imagen generada con Chatgpt

María, madre de Jesús, era descendiente de David a través de su hijo Natán. Así, Jesús heredó el linaje davídico real.

La confirmación del Mesías

El ángel Gabriel sintetiza este misterio en la Anunciación, confirmando el cumplimiento de la profecía: 

«Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin» (Lucas 1:32-33, RVR60).

La genealogía de Jesucristo no es una contradicción, sino una prueba magistral del plan de redención de Dios.

El linaje de Jesús: por qué muchos aseguran que es descendiente del Rey David

La desobediencia de la línea de Salomón atrajo un juicio merecido, pero el amor y la fidelidad de Dios a David (1 Reyes 11:34) encontraron un camino de gracia a través de la línea de Natán. En Jesús, ambas líneas convergen: Él es el Rey legítimo, sin maldición, que vino a establecer un reino eterno, cumpliendo la promesa hecha a David siglos atrás.

Fuentes:

  • Santa Biblia, Reina Valera 1960.
  • Textos de los Evangelios de Mateo y Lucas.
  • Libros históricos de 2 Samuel, 1 Reyes y el profético de Jeremías.
  • Estudios de teología bíblica y genealogías mesiánicas avalados por académicos en exégesis del Nuevo Testamento.

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