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¿Cuál es la manera correcta de limpiar las fresas para desinfectarlas?

Para una limpieza profunda de las fresas, que suelen tener residuos de pesticidas y bacterias, se recomienda sumergirlas de 5 a 10 minutos en una solución de una cucharada de bicarbonato de sodio por litro de agua.

¿Cuál es la manera correcta de limpiar las fresas para desinfectarlas?

CIUDAD DE MÉXICO.- Las frutillas son famosas por su color vibrante y su sabor dulce, pero hay un dato menos conocido sobre ellas: frecuentemente encabezan las listas de frutas con mayores niveles de residuos de pesticidas y contaminantes. Esto se debe a que, al crecer muy cerca del suelo, están expuestas a suciedad, bacterias, parásitos y virus. Su superficie porosa las hace especialmente vulnerables, lo que convierte su lavado en un paso crucial para prevenir posibles enfermedades gastrointestinales después de su consumo.

Lavar fresas de manera correcta: el truco definitivo

Muchas personas suelen lavarlas solo con un poco de agua o, en algunos casos, con vinagre. Sin embargo, estos métodos no son totalmente efectivos para eliminar los residuos químicos y los microorganismos nocivos de manera profunda. Para una desinfección adecuada, expertos en seguridad alimentaria recomiendan un método sencillo y accesible: utilizar una solución a base de bicarbonato de sodio. Esta sal cristalina es ideal porque no altera el sabor natural ni la textura delicada de la fruta.

La efectividad del bicarbonato radica en su capacidad para neutralizar y desprender los residuos de pesticidas gracias a su pH alcalino. Actúa como un abrasivo suave que ayuda a remover la suciedad y las bacterias adheridas a la superficie irregular de las fresas sin dañarlas. Este proceso garantiza una limpieza más exhaustiva que los métodos tradicionales, ofreciendo mayor seguridad al consumidor.

El bicarbonato, tu aliado para eliminar pesticidas y bacterias

Preparar la solución desinfectante es muy simple. Solo se necesita disolver una cucharada pequeña de bicarbonato de sodio en aproximadamente un litro de agua fría (equivalente a cuatro tazas). La mezcla debe revolverse bien hasta que el bicarbonato se integre por completo en el agua. Esta proporción es suficiente para tratar una cantidad moderada de fresas y asegura que el proceso de limpieza sea efectivo sin desperdiciar el producto.

Este método no es exclusivo para las fresas; puede aplicarse a la mayoría de las frutas y verduras de piel delgada o irregular. Su utilidad destaca especialmente en alimentos que se consumen con piel, ya que permite reducir significativamente la exposición a productos químicos no deseados y contribuye a una alimentación más saludable para toda la familia.

El simple paso que asegura frutas más limpias y seguras

Una vez lista la solución, el siguiente paso es sumergir las frutillas por completo en el recipiente, asegurándose de que no queden partes flotando. Se recomienda dejarlas en remojo entre cinco y diez minutos. Este tiempo es necesario para que el bicarbonato actúe, desprendiendo los residuos y los contaminantes. Pasado este periodo, es crucial enjuagarlas bajo un chorro de agua abundante para retirar cualquier resto de bicarbonato y de las impurezas ya desprendidas.

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Para finalizar, se debe secar las frutillas con suavidad usando papel de cocina o un paño limpio. Este último paso es importante, ya que la humedad residual puede acelerar su descomposición. Seguir este procedimiento no solo las hace más seguras para el consumo, sino que también ayuda a preservar su valor nutricional y su frescura por más tiempo, permitiendo disfrutarlas con total confianza.

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