Un cardiólogo que vivió lo impensable: tras sufrir un infarto, revela un síntoma poco conocido
Su caso, documentado por Parkview Health, revela síntomas poco conocidos como la presión opresiva en el pecho y la urgente necesidad de ir al baño.
CIUDAD DE MÉXICO.- El doctor William Wilson, reconocido cardiólogo de Indiana, enfrentó en carne propia aquello que llevaba décadas combatiendo: un infarto. A los 63 años, y pese a mantener un estilo de vida saludable, sufrió un ataque cardíaco que desafió todas sus certezas profesionales. Su historia fue difundida en un video titulado I’m a cardiologist and I had a heart attack, publicado por Parkview Health, y en el blog oficial de la institución.
Un cardiólogo que vivió lo impensable
Durante su carrera, Wilson se dedicó a diagnosticar y tratar enfermedades del corazón mediante cateterismos y atención de emergencias. Nunca imaginó convertirse en paciente. “Hago cateterismos todos los días a personas que tienen exactamente lo mismo que yo tuve”, relató en el video. “Jamás pensé que sería yo quien estuviera del otro lado de la camilla”.
Aunque las declaraciones datan de 2018, el caso vuelve a ser relevante porque las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de muerte en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, datos de Our World in Data muestran que las tasas de mortalidad ajustadas por edad han disminuido gracias a mejoras en prevención, diagnóstico y tratamiento.
Síntomas atípicos y un mensaje urgente
El episodio ocurrió mientras Wilson acompañaba a su esposa al gimnasio y realizaba un ejercicio suave. Al terminar, sintió una presión opresiva en el pecho, distinta al dolor agudo que suele asociarse a un infarto. Minutos después apareció otro signo inesperado: la urgente necesidad de ir al baño, un síntoma poco conocido que puede acompañar a estos eventos.
En su testimonio, el cardiólogo describió cómo la mente trata de negar la realidad: “Soy cardiólogo. Y esto no les pasa a los cardiólogos”, pensó al inicio. Sin embargo, la suma de señales lo obligó a aceptar que algo grave ocurría. “Prestar atención a todos los mensajes del cuerpo puede marcar la diferencia”, advirtió.
Gracias a que pidió ayuda inmediata, Wilson recibió tratamiento oportuno. Se le colocó un stent y su recuperación fue favorable. El propio médico subrayó que no hay que esperar a que los síntomas se agraven ni confiar solo en señales clásicas como dolor intenso en el pecho o brazo izquierdo.
Una lección para pacientes y médicos
El caso de Wilson demuestra que un infarto puede presentarse incluso en personas con buenos hábitos y sin antecedentes aparentes. “Puede resultar difícil de aceptar, pero escuchar al cuerpo y reconocer el riesgo es fundamental. Si hubiese dudado algunos minutos más, el desenlace habría sido diferente”, señaló.
Desde entonces, participa en campañas de educación para la salud promovidas por Parkview Health. Busca que la población aprenda a identificar síntomas inusuales y actúe con rapidez. También invita a médicos y pacientes a dialogar sobre factores de riesgo, incluso cuando no hay señales evidentes.
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Su experiencia sirve de advertencia clara: reconocer y no minimizar síntomas inesperados —como presión opresiva en el pecho, sudoración intensa o necesidad repentina de ir al baño— puede salvar vidas.