Nuevos estudios sugieren que usar pantallas antes de dormir no afecta tanto el descanso como se pensaba.
Actividades interactivas como videojuegos o redes sociales estimulan el cerebro y retrasan la hora de dormir, mientras que contenidos relajantes, como una comedia conocida, pueden incluso favorecer el sueño.

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante años, la idea de que la luz azul emitida por teléfonos, tabletas y computadoras afecta el sueño guio numerosas recomendaciones de salud. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que la relación entre dispositivos electrónicos y descanso es más compleja. El tipo de actividad que se realiza con las pantallas podría ser un factor más decisivo que la propia luz.
La luz azul no es la única culpable del mal sueño
Tradicionalmente se ha dicho que la luz azul reduce la producción de melatonina, hormona clave para conciliar el sueño. Esto impulsó la popularidad de filtros y aplicaciones que bloquean dicha luz, así como los consejos para evitar pantallas antes de dormir. No obstante, la evidencia científica directa resulta menos sólida de lo que se pensaba.
Diversos estudios, citados por The New York Times, cuestionan esta relación. Lauren E. Hartstein, profesora de psiquiatría en la Universidad de Arizona, señala que muchas investigaciones previas se hicieron con muestras pequeñas y condiciones poco realistas. Mariana Figueiro, de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, agrega que la supresión de melatonina no siempre ocurre con el uso de pantallas y depende de factores como el brillo, la distancia y la exposición previa a la luz natural.
Más que luz, importa la actividad en pantalla
Si bien la luz azul puede reducir ligeramente la melatonina, no está claro si ese cambio basta para alterar el sueño. Otros factores como el estrés, la cafeína o el ruido ambiental también influyen. Una revisión de 2022 y un informe de la Fundación Nacional del Sueño en 2023 concluyeron que no hay evidencia suficiente para afirmar que las pantallas, por sí solas, afecten de forma significativa el descanso.
El tipo de uso del dispositivo parece ser más determinante. Hartstein y Daniel Buysse, psiquiatra de la Universidad de Pittsburgh, advierten que actividades interactivas —como videojuegos, redes sociales o apuestas— estimulan el cerebro y retrasan la hora de dormir. Estas plataformas están diseñadas para mantener la atención y dificultar la desconexión.
Incluso las actividades digitales agradables, como chatear con amigos o jugar, pueden mantener al cerebro demasiado activo para conciliar el sueño. Un estudio de 2024 con 500 adolescentes reveló que quienes pasaban tiempo en estas actividades se dormían más tarde y dormían menos que quienes no lo hacían.
Contenido relajante, un aliado inesperado
En actividades más pasivas, como ver televisión o leer, el impacto depende del contenido. Una serie o libro emocionante puede alterar el descanso más que una historia ya conocida y reconfortante. Según la psicóloga Allison Harvey, cuando el desenlace no es una sorpresa resulta más fácil apagar el dispositivo y dormir.
En algunos casos, usar pantallas puede ayudar. Aric Prather, psicólogo de la Universidad de California en San Francisco, explica que contenidos relajantes —como comedias familiares ya vistas— pueden distraer de pensamientos negativos y facilitar el sueño, siempre que no se usen dispositivos directamente en la cama.
Si una persona logra dormirse con facilidad, descansa bien y se siente renovada al día siguiente, no existe razón para modificar sus hábitos respecto al uso de pantallas. Lo importante no es solo la luz azul, sino qué tan estimulante es la actividad realizada antes de dormir.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí