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Miniagujeros negros: ¿podrían estar en tu hogar?

Científicos plantean que agujeros negros primordiales, diminutos vestigios del Big Bang, podrían estar más cerca de lo que imaginamos, incluso atravesando la Tierra sin causar daño.

CIUDAD DE MÉXICO.- Los agujeros negros suelen describirse como enigmas cósmicos capaces de devorar todo a su paso, verdaderos abismos oscuros que representan una de las fuerzas más impactantes del universo. Sin embargo, un reciente planteo científico ha generado revuelo: ¿y si algunos de estos fenómenos estuvieran mucho más cerca de lo que imaginamos, incluso en el interior de nuestros hogares? Expertos sugieren que ciertos tipos de agujeros negros podrían estar más en contacto con nosotros de lo que creemos.

Miniagujeros negros: ¿podrían estar en tu hogar?

Según los investigadores, existe la posibilidad de que el universo esté repleto de una forma particular de estos objetos, conocidos como agujeros negros primordiales. Algunos cálculos indican que miles de ellos podrían atravesar cada metro cuadrado de la Tierra cada año, lo que plantea un escenario tan fascinante como aterrador. Bajo esta perspectiva, incluso podrías estar sentado sobre uno de ellos en este mismo momento, sin notarlo.

Estos agujeros negros primordiales se diferencian de los que imaginamos en la ciencia ficción, ya que no nacen de estrellas que colapsan, sino que surgieron en los primeros instantes del universo, apenas una fracción de segundo después del Big Bang. En aquellas regiones donde la densidad y la temperatura eran más intensas, se habría producido un colapso que dio origen a estos enigmáticos objetos.

Características y teorías sobre su existencia

El doctor De-Chang Dai, investigador de la Universidad de Yangzhou en China, explicó en un estudio publicado en Physics of the Dark Universe que los agujeros negros primordiales son consecuencia de aquel contexto inicial de temperaturas y densidades extremadamente altas. Esto sugiere que algunos vestigios del Big Bang podrían seguir presentes hoy, quizá más cerca de lo que podemos imaginar.

A diferencia de los agujeros negros convencionales, los primordiales tienen un tamaño diminuto. Stephen Hawking los describió como objetos que podrían ser hasta 100.000 veces más pequeños que un clip, pero 100.000 veces más masivos que el Sol, una combinación que los hace extremadamente difíciles de concebir. A pesar de su potencia teórica, irradian muy poca energía y, según los expertos, no representarían una amenaza significativa: incluso si atravesaran un cuerpo humano, causarían poco o ningún daño antes de evaporarse.

Algunos investigadores plantean que los agujeros negros primordiales podrían explicar uno de los mayores misterios del universo: la materia oscura. Según el profesor Dejan Stojkovic, de la Universidad de Búfalo, estos objetos podrían no evaporarse por completo, sino estabilizarse en un estado llamado “remanente de masa de Planck”, con un peso diminuto de apenas 10 microgramos, lo que abre la posibilidad de que existan en formas mucho más pequeñas de lo esperado.

Implicaciones para la física y la cosmología

Desde el MIT, científicos sostienen que si se confirma que estos agujeros negros son responsables de la materia oscura, el impacto sería enorme para la física y nuestra comprensión del cosmos. Aunque estos fenómenos exóticos ya no existan en su forma inicial, podrían haber dejado huellas en la historia cósmica que hoy se manifiestan en señales casi imperceptibles.

El profesor David Kaiser señala que estudiar estas señales podría ofrecer nuevas pistas para desentrañar los secretos del universo, permitiendo avanzar en la comprensión de cómo se formaron las primeras estructuras cósmicas y cómo interactúa la materia oscura con la materia visible.

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En suma, los agujeros negros primordiales representan un área fascinante de la investigación moderna. Aunque su existencia aún es teórica, la idea de que podrían estar presentes en nuestra vida cotidiana desafía nuestra percepción del universo y plantea nuevas preguntas sobre los límites de la física y los misterios que aún aguardan ser descubiertos.

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