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Así se pueden reconocer fácilmente 3 red flags en tu pareja

Las red flags, o banderas rojas, son señales que indican posibles problemas en una relación, especialmente amorosa.

CIUDAD DE MÉXICO.- El término red flag, traducido como bandera roja, se ha popularizado en la sociedad norteamericana para referirse a señales de advertencia que indican que algo podría no ir bien en una situación. Aunque su significado literal remite al peligro, en el lenguaje cotidiano se usa para identificar actitudes o conductas que conviene evitar, especialmente dentro de un vínculo amoroso.

En el contexto de las relaciones de pareja, estas señales suelen relacionarse con comportamientos que una persona no está dispuesta a tolerar. Paola Juárez, escritora de la revista Glamour, explica que las red flags son alertas que evidencian actitudes y comportamientos problemáticos, con el objetivo de prevenir situaciones que puedan resultar dañinas.

Aunque se tiende a reconocer estas señales en los demás, es igualmente importante identificar nuestras propias conductas menos favorables. La ausencia de una educación emocional formal provoca que muchas reacciones surjan de manera espontánea, sin un marco para gestionarlas. Reconocer nuestras propias señales de alerta puede ser tan crucial como detectar las ajenas.

Claves para identificar y gestionar las red flags

Expertos en salud mental, como Mark Travens, colaborador de Psychology Today, señalan que el primer paso para identificar red flags personales consiste en plantearse ciertas preguntas sobre cómo nos vinculamos con los demás. Este ejercicio de introspección permite evaluar si nuestras conductas favorecen o dificultan relaciones sanas.

El conflicto es un momento en el que pueden aflorar inseguridades o emociones no resueltas. Travens indica que los desacuerdos amenazan la sensación de seguridad y control, y que en contextos tensos pueden surgir reacciones que constituyan señales de alerta. Gestionar estas situaciones implica respeto, escucha activa y disposición para comprender las necesidades del otro, no solo resolver el problema.

Otras señales preocupantes incluyen manipulación emocional, mentiras frecuentes, aislamiento de familiares o amigos y desinterés por las emociones ajenas. Además, la manera en que una persona ofrece disculpas refleja su madurez emocional; una disculpa genuina busca reparar el daño, no aliviar la incomodidad personal o evitar responsabilidades, lo que constituye otra red flag.

La importancia de los límites y la introspección

En cualquier relación de pareja, los límites no son barreras, sino acuerdos que protegen el respeto y la individualidad. Travens advierte que la dificultad para aceptar los límites ajenos puede derivar en comportamientos dañinos para la confianza y la seguridad emocional. Respetar estos límites implica permitir que la otra persona exprese sus necesidades sin burlas, insultos o manipulación.

Establecer límites fortalece la relación al garantizar que cada persona conserve su espacio y autonomía. Lejos de disminuir el amor o el compromiso, los límites contribuyen a la estabilidad a largo plazo y previenen conflictos que puedan erosionar el vínculo. Implementarlos desde el inicio es una inversión en el bienestar mutuo.

Responder con sinceridad a las propias dudas ayuda a determinar si se trata de una señal pasajera o de una alerta más profunda de que algo no funciona. Plantearse estas preguntas no solo facilita la identificación de red flags en la pareja, sino también en uno mismo, promoviendo relaciones más equitativas y respetuosas.

Aplicaciones más allá del amor

Detectar las propias red flags requiere honestidad y disposición al cambio. Aunque es más fácil señalar lo que no nos gusta en los demás, la verdadera prevención radica en reconocer y modificar nuestras conductas problemáticas para no repetir patrones dañinos.

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Si bien este concepto se centra en relaciones amorosas, su aplicación es útil en cualquier interacción humana: amistades, vínculos familiares o relaciones laborales. El respeto, la comunicación clara y la aceptación de límites son principios universales que favorecen la convivencia sana y la construcción de relaciones equilibradas.

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