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¿Quién mató a Ramsés III? Cómo la ciencia resolvió el misterio de un asesinato en el antiguo Egipto

Un rollo judicial del siglo XII a.C. describe un complot contra el faraón de Egipto desde el interior de su propio harén

¿Quién mató a Ramsés III? Cómo la ciencia resolvió el misterio de un asesinato en el antiguo Egipto

Durante más de 3,000 años, la llamada conspiración del harén ha sido uno de los misterios más fascinantes del antiguo Egipto. Este complot, ocurrido alrededor del 1155 a.C., tenía como objetivo asesinar al faraón Ramsés III y surgió por una lucha de sucesión entre los hijos de dos de sus esposas, Tyti y Tiye. Aunque durante siglos no se sabía si la conspiración tuvo éxito, investigaciones arqueológicas modernas finalmente revelaron la verdad, resolviendo este antiguo caso y mostrando lo despiadada que podía ser la vida en la corte egipcia.

Descubriendo por casualidad un antiguo misterio de asesinato

La memoria de una conspiración en el harén del faraón Ramsés III se había perdido con el tiempo cuando, en el siglo XIX, los anticuarios europeos llegaron en masa a Egipto en busca de artefactos antiguos. Gracias a la recién traducida Piedra Roseta, estos proto arqueólogos estaban ansiosos por descifrar inscripciones y jeroglíficos antiguos.

Lo que resultó especialmente intrigante fue el descubrimiento, en la década de 1820, de un rollo judicial de casi 5,5 metros de largo, del siglo XII a.C.: un documento que describe un complot contra el faraón de Egipto desde el interior de su propio harén real.

Adquirido en un mercado local, el papiro detalla el juicio por traición que siguió al fallido golpe, señalando como responsables a una de las esposas de Ramsés III, Tiye, y a su hijo Pentaur.

Intriga en el harén

Ramsés III tenía una esposa principal y varias secundarias que vivían en el harén, centro de poder y maniobras políticas relacionadas con la sucesión. Aunque tuvo unos 100 hijos, muchos de los posibles herederos murieron antes que él, lo que complicó la elección de un sucesor. En ese contexto, Tiye, una esposa secundaria, conspiró para que su hijo Pentaur ascendiera al trono, aliándose con miembros influyentes del harén y de la corte. Un antiguo pergamino relata el juicio por traición que siguió, mencionando a Tiye como la única mujer implicada, pero omitiendo detalles clave, como si lograron asesinar al faraón, lo que ha llevado a los expertos a verlo como un texto deliberadamente reservado.

La tumba de Ramsés III

En 1886, décadas después del descubrimiento del papiro, unos buscadores de tesoros encontraron una pieza clave del caso: la tumba de Ramsés III. Sin embargo, cometieron errores importantes al no documentar adecuadamente la posición del faraón dentro de la tumba, lo que hizo perder evidencia crucial sobre las circunstancias de su muerte. Además, al desenvolver su momia apresuradamente frente a espectadores curiosos, no se hallaron signos visibles de heridas, dejando el misterio sin resolver.

La confusión aumentó con el hallazgo de otra momia en la tumba: un cuerpo más pequeño, con el rostro retorcido como si estuviera gritando. A diferencia de los demás, no fue embalsamado con cuidado ni enterrado con ropas ceremoniales, sino envuelto en piel de oveja y colocado de forma descuidada, sin ninguna inscripción. Al no poder identificar esta “momia gritona”, los historiadores concluyeron que Ramsés III no había sido asesinado y que la conspiración fue solo un intento fallido de una esposa secundaria por ganar poder.

Incluso con el uso de rayos X en los años 60, no se detectaron signos de asesinato. No obstante, en 2002, la arqueóloga Susan Redford, presentó una nueva interpretación del caso tras reexaminar los relieves en la tumba del faraón. Observó que algunas imágenes mostraban distintos grupos de príncipes, lo que podría indicar un estatus especial para Pentaur y su madre Tiye. Redford sugirió que si Tiye hubiera sido una reina en lugar de una esposa secundaria, su hijo habría tenido una pretensión más legítima al trono. Este detalle podría explicar cómo alguien aparentemente menor como Pentaur logró reunir tantos conspiradores influyentes a su alrededor.

Reabriendo un caso frío

Aunque los relieves en la tumba ayudaron a entender los motivos del golpe, el asesinato de Ramsés III siguió siendo un misterio durante siglos. No fue hasta 2012, con el uso de tomografía computarizada y análisis de ADN, que los investigadores lograron resolver el caso. Descubrieron que el faraón tenía amuletos y figuras de Horus dentro del cuerpo, pero lo más revelador fue una profunda herida en el cuello, indicando que efectivamente fue asesinado. Además, el análisis genético mostró que la enigmática “momia que grita” era su hijo Pentaur, el príncipe conspirador.

En cuanto a Tiye, madre de Pentaur y líder del complot, nunca se encontró su momia. La arqueóloga Susan Redford sostiene que probablemente fue ejecutada mediante fuego, el castigo más temido en el antiguo Egipto, ya que impedía la vida después de la muerte. Así terminó la historia de una mujer cuyo acto de traición marcó el fin del último gran faraón, aunque sus razones permanecen en la oscuridad.

Con información de National Geographic.

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