Tu viaje de verano podría ayudarte a prevenir la demencia: así es como puedes aprovecharlo al máximo
Viajar no solo es una forma de entretenimiento, sino que también puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y retrasar la demencia
CIUDAD DE MÉXICO.- El viaje no solo es un placer o una forma de desconectarse de la rutina, sino que puede ser una herramienta poderosa para cuidar la salud cerebral. Investigaciones recientes sugieren que viajar podría beneficiar a pacientes con demencia y ayudar a prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Esta información cobra mayor relevancia ante el pronóstico de que para 2060, un millón de estadounidenses serán diagnosticados con demencia cada año, casi el doble de la cifra actual.
Viajar como ejercicio para el cerebro: una oportunidad para prevenir el deterioro cognitivo
El estímulo que ofrece viajar va más allá del placer turístico, pues incluye beneficios cognitivos, sensoriales y sociales. Se estima que hasta el 45% de los casos de demencia podrían retrasarse o evitarse con cambios simples en el estilo de vida, entre los que el viaje encaja perfectamente. Sin embargo, para que un viaje tenga un impacto positivo en el cerebro es necesario más que solo comprar un boleto de avión y un pasaporte.
Explorar nuevos lugares, mover el cuerpo y socializar: claves para un viaje cerebralmente saludable
Una de las recomendaciones principales es elegir destinos nuevos y diferentes, ya que enfrentarse a ambientes desconocidos estimula la actividad mental. Actividades como visitar museos, realizar caminatas históricas, recorrer senderos naturales o probar platillos locales ofrecen oportunidades para aprender y activar el cerebro, lo que puede desacelerar el deterioro cognitivo o incluso mejorar la función cerebral. Como explica el neurólogo Dr. Augusto Miravalle, viajar “nos obliga a aprender cosas nuevas, navegar ambientes desconocidos y adaptarnos a rutinas distintas”.
Otra clave para potenciar los beneficios cerebrales de viajar es mantenerse activo físicamente. El movimiento es fundamental, y aunque no se requiera una rutina intensa, estudios indican que tan solo 35 minutos a la semana de actividad moderada o vigorosa pueden reducir hasta en un 41% el riesgo de desarrollar demencia. El psiquiatra geriátrico Dr. David A. Merrill señala que la naturaleza activa de los viajes envía señales al cerebro para mantenerse en forma.
Por último, las interacciones sociales durante los viajes son un componente esencial. Viajar en grupo o conocer gente nueva incrementa el estímulo mental. La falta de contacto social es un factor conocido de riesgo para el deterioro cognitivo, mientras que la actividad social puede retrasar la aparición de demencia hasta cinco años. Estar con otros fortalece las redes neuronales y activa áreas del cerebro relacionadas con la memoria y el pensamiento, según el estudio liderado por el Dr. Bryan James, de Rush University.
Beneficios emocionales y sociales del viaje en la salud mental
Además de los beneficios cognitivos, las interacciones sociales en los viajes ayudan a prevenir la soledad y la depresión, condiciones vinculadas a un mayor riesgo de demencia. Estas conexiones también pueden ser especialmente importantes para quienes tienen antecedentes de problemas de salud mental, ya que apoyan la resiliencia cerebral. Mantener una vida social activa durante los viajes contribuye a una mejor calidad de vida y a una mayor resistencia contra el deterioro cognitivo.
Viajar con un enfoque consciente no solo puede enriquecer la experiencia personal, sino también ser un aliado para la salud cerebral a largo plazo. Elegir destinos nuevos, mantenerse físicamente activo y fomentar las relaciones sociales son estrategias simples pero efectivas para proteger la mente mientras se disfruta del mundo. Así, un viaje puede convertirse en mucho más que unas vacaciones: en una inversión para mantener el cerebro sano y activo.