¿Por qué a algunas personas no les gusta la cerveza?

Aunque para muchos no hay nada mejor que una cerveza bien fría, hay quienes la prueban… y hacen una mueca de disgusto. ¿Es cuestión de gustos o hay algo más profundo detrás? ¡Es posible que la genética tiene mucho que ver!

¿Cerveza o jarabe amargo?

La cerveza, especialmente las más artesanales o lupuladas, contiene compuestos llamados alfa-ácidos, responsables de ese característico sabor amargo. Y aquí entra en juego la genética.

Algunas personas tienen una versión más sensible del gen TAS2R38, que regula la percepción del sabor amargo. Algo así como el caso de las personas que detestan el sabor del cilantro. Para estas personas, el amargor de la cerveza no es sutil… ¡Es casi como beber un jarabe de medicina!

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¿Sabes si eres un “súper catador”?

Los científicos llaman a estas personas “super tasters” (supe catadores): Tienen más papilas gustativas de lo normal y detectan los sabores amargos con mucha más intensidad. Esto puede hacer que:

• La cerveza les sepa extremadamente amarga.
• Verduras como el brócoli o la rúcula también les resulten poco apetecibles.
• Puede que la cerveza sepa mala, como rancia o jabonosa (¡Si, tal como el cilantro!).

Pero... No es solo el sabor

Además del amargor, otros factores influyen:

• Experiencias tempranas: Si tu primer trago fue una cerveza fuerte o caliente, eso que llaman ‘azorrillada’, probablemente no fue el mejor comienzo.
• Asociaciones culturales: En países cerveceros, es más común “aprender a disfrutarla” desde joven, como en Alemania, en su tradicional Oktoberfest.
• Psicología del gusto: Muchas personas aprenden a gustar de ciertos sabores con el tiempo. El café, el vino tinto y el chocolate amargo también son ejemplos.

En conclusión, no es que “no sepas tomar cerveza”… Quizás tu cuerpo simplemente no está diseñado para disfrutarla tanto como otros. ¡Y está bien! La percepción del sabor es por demás personal.