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¿Qué hemisferio del cerebro se encarga de las emociones y cuál de los pensamientos?

El cerebro es un órgano complejo que coordina funciones como el pensamiento, el movimiento, las emociones y la memoria a través de miles de millones de neuronas.

CIUDAD DE MÉXICO.- El cerebro es uno de los órganos más complejos del cuerpo humano. Está compuesto por miles de millones de neuronas organizadas en estructuras especializadas, que se comunican a través de redes que permiten coordinar funciones como el pensamiento, el movimiento, las emociones y la percepción sensorial. La comunicación con el resto del cuerpo ocurre a través de vías nerviosas que transmiten señales casi instantáneamente, como cuando una persona retira la mano de una superficie caliente.

Estructura y funcionamiento del cerebro

El encéfalo, ubicado dentro del cráneo, está conformado por tres partes principales: el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico. Cada una tiene funciones específicas pero trabajan de forma coordinada para mantener el equilibrio del organismo. Según la Mayo Clinic, el cerebro regula desde la frecuencia cardíaca hasta la memoria, actuando como un centro de control integral.

El sistema límbico, también llamado “cerebro emocional”, es una de las partes más antiguas desde el punto de vista evolutivo. Incluye estructuras como la amígdala, el hipocampo, el tálamo y el hipotálamo, todas presentes en ambos hemisferios cerebrales. Estas áreas son esenciales para el procesamiento de emociones, la memoria y la motivación.

Lóbulos y funciones especializadas

Cada hemisferio del cerebro se divide en cuatro lóbulos: frontal, parietal, occipital y temporal. Los lóbulos frontales ayudan a planear, organizar, pensar y mover el cuerpo. Los parietales interpretan la información sensorial, como el tacto o la temperatura. Los occipitales se encargan del procesamiento visual, mientras que los temporales procesan sonidos, olores y sabores, y almacenan recuerdos.

La superficie del cerebro, llamada corteza cerebral o materia gris, está llena de pliegues que aumentan la capacidad para procesar información. Un surco central divide al cerebro en hemisferios izquierdo y derecho, que se comunican a través del cuerpo calloso. Esta conexión permite que ambos lados trabajen de forma cruzada: el hemisferio derecho controla el lado izquierdo del cuerpo, y viceversa.

Otras estructuras importantes incluyen la glándula pituitaria, que regula las hormonas; la glándula pineal, que controla los ciclos de sueño; y los ganglios basales, que ayudan a regular el movimiento. El cerebelo, por su parte, coordina movimientos precisos, el equilibrio y la postura. El tronco encefálico regula funciones vitales como la respiración y conecta el cerebro con la médula espinal.

El tálamo, el hipotálamo y el hipocampo

El tálamo actúa como un centro de distribución que procesa la información sensorial (excepto el olfato) antes de enviarla a la corteza cerebral. También interviene en funciones como el aprendizaje, la memoria, la atención y la vigilia. Su papel es clave para filtrar la información relevante y mantenernos conscientes y enfocados.

El hipotálamo controla funciones como la temperatura corporal, el hambre, la sed, el sueño y el estado de ánimo. Este centro de coordinación regula la homeostasis del cuerpo mediante señales al sistema nervioso autónomo o la liberación de hormonas. También interviene en emociones y comportamientos básicos como el deseo sexual.

El hipocampo, con forma de caballito de mar, es esencial para transformar recuerdos a corto plazo en recuerdos a largo plazo. También interviene en la memoria espacial, la percepción del entorno y el procesamiento emocional, trabajando en conjunto con la amígdala para responder a situaciones de miedo o estrés.

Sistema nervioso y comunicación neuronal

El sistema nervioso periférico conecta al cerebro y la médula espinal con el resto del cuerpo. Permite respuestas rápidas a estímulos, como retirar la mano de una fuente de calor. Las neuronas, que son la unidad funcional del sistema nervioso, transmiten señales eléctricas mediante axones y dendritas. Cuando la señal llega al extremo del axón, se liberan neurotransmisores que atraviesan la sinapsis y activan la siguiente neurona.

Este sistema de comunicación permite que las personas piensen, sientan, se muevan y reaccionen. El correcto funcionamiento de estas redes es esencial para mantener el bienestar físico y mental. Cualquier alteración en este sistema puede impactar significativamente en la calidad de vida.

El sistema nervioso central, formado por el encéfalo y la médula espinal, trabaja estrechamente con el periférico. Ambos integran señales sensoriales, regulan funciones vitales y permiten respuestas voluntarias e involuntarias. Esta coordinación permite al cuerpo adaptarse a cambios internos y externos de manera eficaz.

Enfermedades cerebrales más comunes

Existen más de 600 enfermedades, trastornos y lesiones cerebrales, según Brain Foundation. Entre ellas están los accidentes cerebrovasculares, las infecciones, las enfermedades neurodegenerativas, los tumores y los trastornos mentales. La gravedad y los síntomas varían dependiendo de la zona afectada y el tipo de afección.

Las enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, se producen cuando el cuerpo ataca su propio tejido cerebral. También existen infecciones como la meningitis, que inflama las membranas del cerebro. Otras condiciones, como la epilepsia, provocan descargas eléctricas anormales que pueden causar convulsiones.

Los trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH o el autismo, afectan el crecimiento del cerebro desde etapas tempranas. Los accidentes cerebrovasculares pueden dejar secuelas permanentes, y los traumatismos por golpes o caídas pueden provocar lesiones graves, como la encefalopatía traumática crónica. Los tumores pueden originarse en el propio cerebro o llegar desde otras partes del cuerpo.

La importancia del cuidado cerebral

El buen funcionamiento del cerebro es clave para la vida diaria. Por ello, es importante fomentar hábitos saludables como dormir bien, llevar una dieta equilibrada, ejercitarse regularmente y evitar el estrés excesivo. Estas prácticas ayudan a mantener el cerebro en óptimas condiciones y reducen el riesgo de enfermedades.

El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales cuando hay signos de alteración cerebral, como pérdida de memoria, cambios en el estado de ánimo, dificultades para hablar o moverse. En esos casos, se recomienda acudir a un neurólogo o especialista en salud mental.

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Conocer cómo funciona el cerebro y las señales que indican un problema puede marcar la diferencia en la calidad de vida. Este órgano, aunque aún guarda muchos misterios, sigue siendo el centro del pensamiento, la emoción y la acción humana.

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