Posible impacto en la Luna: ¿qué pasaría si un asteroide del tamaño de un edificio la golpea en 2032?
Un asteroide del tamaño de un edificio, llamado 2024 YR4, podría impactar la Luna en 2032, aunque las probabilidades son muy bajas.

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque las probabilidades son bajas, el asteroide 2024 YR4, recientemente descubierto, ha despertado el interés de la comunidad científica por la posibilidad —aunque sea solo del 4%— de que impacte contra la Luna en 2032. Con un tamaño estimado entre 53 y 67 metros de diámetro (similar a un edificio de 15 pisos), este asteroide fue detectado por el Telescopio Espacial James Webb y ha sido objeto de simulaciones que analizan las consecuencias de una eventual colisión lunar.
Un escenario poco probable, pero con consecuencias reales
De acuerdo con un estudio de las universidades de Western Ontario y Athabasca, el impacto generaría un cráter de aproximadamente un kilómetro de diámetro, el más grande en la superficie lunar en los últimos 5,000 años. El lugar más probable del impacto sería el hemisferio sur de la Luna, y aunque la Tierra no correría peligro directo, las consecuencias se extenderían hasta nuestro planeta.
Una de las principales preocupaciones es el material eyectado desde la Luna hacia el espacio. Según los investigadores, una fracción de este polvo y rocas podría viajar hasta la Tierra, provocando lluvias de meteoros. Aunque serían más lentas y menos brillantes que otras, estas lluvias podrían durar varios días y ser visibles desde distintas partes del mundo.
Satélites y misiones espaciales en riesgo
Además del espectáculo visual, existe un riesgo técnico importante. Con más de 10,000 satélites activos y más de 25,000 fragmentos de basura espacial en órbita baja, el estudio advierte que miles de fragmentos milimétricos podrían alcanzar estos objetos. Aunque no serían lo suficientemente grandes para causar explosiones o desintegraciones masivas, sí podrían afectar sus funciones o causar daños menores.
Otro punto crítico es la amenaza a futuras misiones alrededor de la Luna, especialmente a la estación orbital Lunar Gateway de la NASA, prevista para la próxima década. Los fragmentos expulsados por el impacto representarían un peligro tanto para las naves en órbita lunar como para operaciones en la superficie.
Los científicos advierten que, aunque por ahora el riesgo es mínimo, no se pueden hacer predicciones precisas hasta que el asteroide vuelva a ser observable. Actualmente se encuentra detrás del Sol, lo que imposibilita cualquier monitoreo hasta por lo menos 2028, cuando se espera obtener nuevos datos para afinar los cálculos de su trayectoria.
Monitoreo constante y preparación futura
Este escenario ha resaltado la importancia del monitoreo constante de objetos cercanos a la Tierra, incluso aquellos que no representan una amenaza directa para el planeta. La posibilidad de un impacto lunar también plantea preguntas sobre la protección de infraestructura espacial, que cada vez es más numerosa y valiosa.
El caso del asteroide 2024 YR4 sirve como recordatorio de que, aunque el espacio parezca lejano, los eventos que ocurren fuera de la atmósfera pueden tener efectos tangibles en la vida cotidiana, desde interrupciones en las comunicaciones hasta impactos económicos.
Por ahora, los expertos mantienen la calma, pero continúan trabajando para entender mejor este tipo de fenómenos y estar preparados en caso de que el improbable se convierta en realidad.
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