Seguir hábitos saludables mejora todo el cuerpo, no solo el corazón: lo confirma un estudio
El estudio mostró que incluso pequeñas mejoras en la alimentación, el sueño, el ejercicio o el abandono del tabaco pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida general.

CIUDAD DE MÉXICO.- Un nuevo metaanálisis de casi 500 estudios ha confirmado que adoptar los hábitos recomendados por la American Heart Association (AHA) no solo protege el corazón, sino que también mejora la salud de varios sistemas del cuerpo, incluyendo el cerebro, los pulmones, los riñones y el estado emocional. La investigación fue publicada en el Journal of the American Heart Association y estuvo encabezada por la investigadora Liliana Aguayo, de la Universidad de Emory.
La salud cardiovascular beneficia mucho más que al corazón
El análisis se centró en los llamados Life’s Simple 7™, una serie de pautas lanzadas por la AHA en 2010. Estas incluyen no fumar, alimentarse bien, hacer ejercicio, mantener un peso saludable, y tener niveles adecuados de presión arterial, colesterol y glucosa en sangre. El estudio reveló que seguir estas recomendaciones tiene efectos positivos más amplios de lo que se pensaba originalmente.
“Hace unos años descubrimos que la salud cardíaca y la salud cerebral están estrechamente relacionadas. Ahora sabemos que casi todo el cuerpo se beneficia de estos hábitos”, explicó Aguayo. La investigadora señaló que mantener una buena puntuación en estos siete aspectos se asocia con un menor riesgo de múltiples enfermedades y con una mejor calidad de vida general.
Mejoras pequeñas, resultados grandes
Las personas que alcanzaban seis o siete métricas en nivel óptimo presentaban mejores funciones cognitivas, musculares y sensoriales con el paso del tiempo, además de menor riesgo de enfermedades como el cáncer, la diabetes tipo 2, la enfermedad renal crónica, la depresión o el Alzheimer. También se observaron niveles más bajos de estrés y menores costos médicos. Según el estudio, cada punto adicional en una escala de 14 se relaciona con una reducción significativa en el riesgo de enfermedades como demencia (11%), problemas renales (11%) y enfermedad hepática grasa (23%).
Lo interesante, señala Aguayo, es que incluso los cambios modestos hacen una diferencia. Pasar de fumar a reducir el consumo, o de obesidad a sobrepeso, por ejemplo, puede tener un efecto tangible en la salud. “El mensaje clave es que nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para empezar con mejoras pequeñas”, agregó.
En 2022, la AHA actualizó sus recomendaciones bajo el nombre Life’s Essential 8™, incorporando el sueño como un nuevo pilar de la salud. También se afinaron otros aspectos, como incluir los vapeadores en la categoría de tabaquismo y promover dietas como la DASH o la mediterránea para mejorar la alimentación.
El sueño también cuenta
Según expertos como Nour Makarem, de la Universidad de Columbia, estas nuevas directrices permiten una evaluación más precisa de los hábitos saludables. Además, dormir bien se volvió parte esencial del paquete: se recomienda entre 7 y 9 horas diarias para adultos, ya que el descanso ayuda a prevenir obesidad, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
Pese a todos estos beneficios, menos del 4% de la población mundial logra cumplir con todos los indicadores del modelo Life’s Essential 8™. Esta cifra evidencia barreras importantes relacionadas con el acceso a servicios de salud, la educación y las condiciones de vida, factores que también influyen en la adopción de hábitos saludables.
Mejorar la alimentación es uno de los pasos clave. Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas magras —como el pescado o el pollo— ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial, además de prevenir la diabetes tipo 2. También se recomienda evitar los ultraprocesados, las grasas trans, el exceso de sal y el azúcar añadido.
Hábitos para toda la vida
La actividad física es otro componente fundamental. Se sugiere hacer al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, como caminar, andar en bicicleta o bailar. Incluso las tareas cotidianas, si se realizan con regularidad, pueden tener beneficios importantes para la salud del corazón.
Evitar el tabaco y la exposición al humo ajeno es crucial. Dejar de fumar reduce el riesgo cardiovascular y los efectos positivos se observan desde el primer día. Dormir bien también influye: tener horarios regulares, crear un ambiente tranquilo para descansar y evitar pantallas antes de dormir contribuyen a mejorar la salud metabólica y cardiovascular.
Finalmente, controlar la presión arterial, los niveles de glucosa y colesterol, así como el peso, permite detectar riesgos a tiempo. La Organización Panamericana de la Salud insiste en que estos hábitos deben fomentarse desde la infancia, tanto en casa como en la escuela, para que el bienestar físico y mental acompañe a las personas a lo largo de su vida.
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