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¿Siempre llegas tarde? Podría deberse a un problema de salud poco conocido

Expertos en salud mental explican que la ceguera temporal o time blindness podría ser la causa detrás de la impuntualidad crónica.

CIUDAD DE MÉXICO.- Llegar tarde de forma crónica suele generar molestias entre quienes esperan, y muchas veces se asocia con flojera o falta de compromiso. Sin embargo, especialistas en salud mental explican que detrás de este comportamiento puede estar una condición llamada ceguera temporal o time blindness. Esta dificultad afecta la capacidad de una persona para calcular cuánto tiempo necesita para realizar una tarea o llegar a un lugar.

No es flojera ni descuido: es ceguera temporal

Lejos de ser una simple distracción, esta condición interfiere con el uso del tiempo como herramienta para organizar el día. En la vida diaria, puede notarse en cosas como no cumplir con los horarios, tener problemas para cambiar de actividad o subestimar cuánto se tarda en hacer algo. Todo esto genera frustración tanto en la persona afectada como en su entorno.

Socialmente, quienes viven con ceguera temporal pueden parecer irresponsables o poco considerados. Pero en realidad, según el psiquiatra Dr. Mauran Sivananthan, el rasgo principal de este problema es la dificultad para estimar intervalos de tiempo. Es decir, la persona no logra procesar de manera adecuada cuánto tiempo ha pasado o cuánto falta para terminar una actividad.

Una cuestión del funcionamiento ejecutivo del cerebro

De acuerdo con Laurie Singer, analista de conducta en California, la time agnosia (otro nombre del problema) impide que el cerebro mida correctamente el paso del tiempo. Esto puede provocar que alguien calcule mal cuánto tardará en alistarse por la mañana o, por el contrario, que se “pierda” por horas en una actividad sin notarlo, en lo que se conoce como hiperfoco.

La ceguera temporal es un tema de funcionamiento ejecutivo, es decir, de las habilidades mentales que usamos para planear, adaptarnos y resolver problemas. Estas funciones incluyen la memoria de trabajo, el control de impulsos y la flexibilidad cognitiva, que nos permiten movernos con eficiencia entre tareas y contextos.

Aunque no está registrada como diagnóstico oficial en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la ceguera temporal es común en personas con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). También puede presentarse en quienes viven con autismo, ansiedad, depresión, lesiones cerebrales, trastornos obsesivos o incluso enfermedades neurológicas como el Parkinson o la esclerosis múltiple.

Estrategias para mejorar la relación con el tiempo

Manejar la ceguera temporal requiere un enfoque práctico y constante. El primer paso, según el Dr. Sivananthan, es minimizar los retrasos innecesarios. “Si algo debe hacerse, lo mejor es hacerlo de inmediato”, señaló el especialista. Este hábito ayuda a evitar que las tareas se acumulen y se pierda la noción del tiempo.

Los expertos recomiendan apoyarse en herramientas externas, como temporizadores, alarmas o aplicaciones que ayuden a medir el tiempo real invertido en cada actividad. Por ejemplo, se puede programar un reloj antes de entrar a la ducha o de iniciar un proyecto para tener un control más objetivo.

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Además, establecer rutinas fijas cada día puede marcar una gran diferencia. Según Laurie Singer, muchas personas mejoran notablemente cuando encuentran una estructura que se repite a diario, ya que esto les brinda ritmo, reduce la fatiga mental y mejora la productividad. Aunque la ceguera temporal no desaparece por completo, puede manejarse con constancia, apoyo terapéutico y estrategias simples que entrenen al cerebro a vivir con mayor orden.

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