Un pueblo con 300 habitantes y un solo apellido: el curioso caso de Bicazu Ardelean
Esta peculiaridad, que tiene raíces históricas ligadas a Vlad Țepeș, ha llevado a que se usen apodos o segundos nombres para evitar confusiones.
CIUDAD DE MÉXICO.- En medio de los paisajes montañosos del noreste de Rumanía, existe un pueblo que podría haber sido imaginado por Gabriel García Márquez. Se trata de Bicazu Ardelean, en el distrito de Neamț, donde la rutina tiene un giro insólito: sus poco más de 300 habitantes comparten el mismo nombre y apellido, lo cual ha convertido esta peculiaridad en parte esencial de su identidad.
Un lugar que parece salido de una novela
Todos los vecinos se apellidan “Țepeș”, como Vlad Țepeș, el personaje histórico que inspiró la leyenda de Drácula. La rareza de que toda la población comparta ese nombre no es una broma ni una tradición simbólica, sino una realidad práctica que ha obligado a encontrar soluciones ingeniosas para diferenciar a unas personas de otras.
Para evitar confusiones en el día a día, especialmente al momento de entregar correspondencia o emitir documentos oficiales, se ha vuelto común el uso de apodos o segundos nombres. Así, existen ciudadanos identificados como Țepeș Greuruș, Țepeș Nica o Țepeș Bobescu. Esta estrategia ayuda a reducir errores, aunque no los elimina por completo.
Raíces históricas de un fenómeno singular
El origen de este fenómeno se remonta, según los propios habitantes, a la época en que Vlad Țepeș —gobernante de Valaquia y figura clave en la historia rumana— se refugió en las montañas cercanas. Se dice que pasó tiempo en el monasterio de Bistrița, donde también vivía su madre como monja. Desde entonces, el apellido Țepeș se fue transmitiendo y multiplicando con las generaciones.
Un residente mayor del pueblo explicó al medio local Adevărul que esa herencia familiar marcó el nacimiento de la comunidad. Así, con el paso del tiempo, la línea de los Țepeși se convirtió en la totalidad de la población, dando forma a un lugar donde compartir el mismo apellido no es excepción, sino norma.
Pese a la aparente complicación, los servicios postales han encontrado maneras de adaptarse. “Es más fácil ahora que muchos envíos traen el código numérico”, explicó un cartero al Observer News. Aun así, algunos confusos episodios ocurren de vez en cuando, como cuando tres personas comparten exactamente el mismo nombre y apellido.
Más que una anécdota, un reflejo cultural
Lo que podría parecer una simple anécdota es, en realidad, una muestra de cómo las historias familiares y las herencias culturales pueden moldear por completo la estructura de una comunidad. En Bicazu Ardelean, llevar el apellido Țepeș es un símbolo de pertenencia, aunque también un reto administrativo constante.
Incluso los habitantes bromean con las situaciones que esto provoca. “Mi vecino también es Ion Țepeș Greuruș y solo es un año menor que yo. Somos tres con ese mismo nombre, pero no acepto las multas de tráfico porque no tengo tarjeta”, contó un poblador entre risas al medio local.
El caso de Bicazu Ardelean ofrece una mirada curiosa y entrañable a una comunidad donde lo extraordinario se volvió parte del día a día. En este rincón de Rumanía, la historia, la identidad y la vida cotidiana se entrelazan para formar un pueblo que parece más ficción que realidad.