¿Es verdad que comemos más cuando estamos frente a una pantalla?
Diversos estudios han confirmado que comer frente a pantallas, como el celular o la televisión, puede hacer que las personas consuman más alimentos sin darse cuenta.

CIUDAD DE MÉXICO.- Diversos estudios respaldan que comer frente a una pantalla —ya sea televisión, celular o computadora— suele asociarse con un mayor consumo de alimentos y un menor control de la saciedad. Un meta-análisis de 23 estudios con casi 2 000 personas reveló que quienes comen con distracción ingieren significativamente más calorías que quienes lo hacen sin aparatos electrónicos, y este efecto es más marcado en mujeres. En condiciones controladas, otro experimento en la American Journal of Clinical Nutrition observó que participantes que comieron frente a una pantalla consumieron unas 250 calorías más en una prueba posterior.
Distracción y sobreingesta
La interrupción atencional también repercute en la memoria: la distracción atenta a las señales internas del cuerpo y genera menor registro de la cantidad ingerida, lo que afecta la sensación de saciedad y puede llevar a comer más durante o después de la comida. Además, comer con pantallas prolonga la duración del consumo, pues la atención está en el dispositivo, lo que facilita seguir comiendo antojos o snacks incluso tras sentirse satisfecho.
El entorno digital también fomenta elecciones alimenticias menos saludables. Estudios de la Universidad Abierta de Cataluña detectaron que comer frente a pantallas aumenta el consumo de ultraprocesados (ricos en grasas, azúcares y sal), tanto en adolescentes como en adultos. Más aún, en niños y adolescentes la combinación de sedentarismo, anuncios de comida chatarra y comidas frente a dispositivos se ha vinculado con mayor riesgo de síndrome metabólico, obesidad y sobrepeso.
Consecuencias para la salud y recomendaciones
Las consecuencias no son menores: quienes comen frente a pantallas tienen hasta 37 % más probabilidad de sobrepeso u obesidad comparado con quienes evitan esta práctica. En niños, por ejemplo, un estudio de la Universidad de Minho encontró que aquellos que usan dispositivos mientras comen tienen 15 % más de probabilidad de presentar sobrepeso, aun controlando factores sociodemográficos. También se observa que el tiempo largo frente a pantallas se correlaciona con patrones alimenticios más dañinos y peor salud metabólica .
Saludables recomiendan fomentar comidas conscientes y libres de tecnología. Según pediatras, limitar el uso de pantallas durante la alimentación contribuye a una mejor percepción de saciedad, evita el consumo impulsivo y fomenta una alimentación más consciente. Además, evitar las pantallas también reduce la exposición a publicidad de alimentos ultraprocesados, útil especialmente en infantes y adolescentes.
Finalmente, el simple acto de apagar dispositivos durante la comida puede mejorar la calidad de la alimentación. Mantener teléfonos, tabletas y televisión fuera del comedor permite una mayor atención a los alimentos, fortalece el vínculo social durante las comidas y promueve una alimentación más saludable . Practicar lo que se llama alimentación consciente —prestar atención al sabor, textura, ritmo y señales de hambre— también ha mostrado ser una estrategia efectiva para reducir la ingesta excesiva y mejorar la relación con la comida.
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