Cómo pequeños cambios en la alimentación y los hábitos mejoran la salud digestiva en adultos mayores
A medida que envejecemos, el sistema digestivo puede volverse más sensible, pero pequeños cambios en la alimentación y los hábitos diarios pueden mejorar significativamente la salud y la calidad de vida.
CIUDAD DE MÉXICO.- Con la edad, es normal que algunos procesos del cuerpo se vuelvan más lentos, y el sistema digestivo no es la excepción. Muchas personas mayores experimentan molestias como acidez, reflujo o tránsito intestinal lento. Expertos de UCLA Health estiman que al menos 4 de cada 10 adultos mayores presentan alguna alteración digestiva.
El sistema digestivo también envejece
Sin embargo, lejos de ser un problema sin solución, estos malestares pueden prevenirse o reducirse con simples ajustes en la vida diaria. Cambiar la forma en que se cocinan los alimentos, leer etiquetas o elegir mejor los productos que se consumen a diario puede marcar una gran diferencia. La clave no está en prohibir, sino en comprender qué alimentos aportan bienestar a largo plazo.
Por ejemplo, reducir los fritos o las comidas congeladas ayuda a mantener niveles sanos de colesterol. Alternativas como hornear con aceite de oliva o usar la freidora de aire permiten disfrutar de sabores ricos sin comprometer la salud digestiva ni cardiovascular.
Azúcar y ultraprocesados: menos es más
Muchos alimentos cotidianos contienen más azúcar de la que se percibe a simple vista. Desde yogures con sabor hasta tés industrializados o cereales de desayuno, el exceso de azúcares añadidos se ha relacionado con enfermedades hepáticas, inflamatorias y cardiovasculares. Además, acelera procesos naturales de envejecimiento celular, como la glicación.
La buena noticia es que hay formas sencillas de reducir su consumo sin sacrificar el placer de comer. Optar por frutas frescas, jugos sin azúcar añadida o snacks caseros con ingredientes integrales permite mantener el gusto por lo dulce sin los efectos negativos del azúcar procesada. Incluso los refrescos pueden sustituirse por infusiones de hierbas o bebidas prebióticas.
En cuanto a los productos ultraprocesados, su consumo frecuente aporta calorías vacías y aditivos que no nutren. Además, pueden activar mecanismos en el cerebro que generan un deseo repetido de consumo, como explicó la médica Mariel Dobenau. Cambiar un paquete de galletas por un puñado de nueces o una fruta puede ser un pequeño paso con gran impacto.
El bienestar no solo está en el plato
Una buena salud digestiva es parte de un equilibrio más amplio. Dormir bien, hacer ejercicio y mantener relaciones sociales también influyen directamente en el estado general del cuerpo, incluyendo el sistema digestivo. Dormir al menos siete horas por noche mejora la función metabólica y ayuda a prevenir enfermedades crónicas.
También se recomienda realizar actividad física de manera regular, como caminar, nadar o hacer ejercicios de fuerza adaptados a la edad. Estas rutinas no solo benefician los músculos, sino también el tránsito intestinal y el estado de ánimo. A esto se suma la importancia de mantener controles médicos, especialmente de visión, audición y salud bucal, áreas clave para conservar la autonomía.
Envejecer con salud no implica cambios drásticos ni restricciones extremas. Al contrario, se trata de hacer elecciones conscientes y sostenibles en el día a día. Con información clara y buenos hábitos, es posible disfrutar esta etapa de la vida con energía, comodidad y plenitud.