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Crujidos en las rodillas: ¿son señal de alerta o algo normal?

Estos sonidos pueden deberse al colapso de burbujas de gas o al roce normal entre tejidos.

Crujidos en las rodillas: ¿son señal de alerta o algo normal?

CIUDAD DE MÉXICO.- Los crujidos o chasquidos en las rodillas son una experiencia frecuente que puede causar preocupación, pero en la mayoría de los casos no representan un problema de salud grave. Este fenómeno, conocido como crepitus, forma parte del funcionamiento natural de las articulaciones, según especialistas consultados por National Geographic.

Un sonido común que no siempre indica daño

Mitchell McDowell, cirujano ortopédico y presidente de M Bone and Joint, explicó que estos sonidos pueden deberse a distintas causas, muchas de ellas inofensivas, como el colapso de burbujas de gas dentro del líquido sinovial o el roce de tejidos sobre los huesos. Incluso el desgaste normal del cartílago con la edad puede generar estos ruidos sin que exista una enfermedad subyacente.

Sin embargo, el crepitus no siempre debe ser ignorado. Si viene acompañado de dolor persistente, rigidez al despertar que dura más de una hora, hinchazón o dificultad para mover la articulación, podría ser un indicio de artrosis u otra condición más seria. En esos casos, se recomienda acudir al médico para una valoración oportuna.

Datos que ayudan a dimensionar el fenómeno

Estudios recientes han mostrado que el crepitus es bastante común. Una revisión publicada en Osteoarthritis and Cartilage estimó que hasta el 41% de la población general experimenta ruidos articulares en las rodillas. Esta cifra baja al 36% en personas sin síntomas ni lesiones, pero sube al 81% entre quienes tienen artrosis, y llega al 93% en casos confirmados por radiografía.

Otra revisión, citada por BMJ journals, encontró que estos sonidos también son frecuentes en personas con otras afecciones musculoesqueléticas, como lesiones de ligamentos o condromalacia rotuliana. A pesar de su presencia, no siempre se relacionan directamente con dolor o pérdida de función, lo que ha llevado a los especialistas a considerar el crepitus como un signo que debe evaluarse en conjunto con otros síntomas.

Estas investigaciones coinciden en que el crepitus puede ser una señal de cambios estructurales en la articulación, como la formación de osteofitos o daño en el cartílago, pero no es motivo automático de alarma. La clave está en observar si se acompaña de molestias persistentes o limitaciones funcionales.

Factores que influyen y cómo cuidar las articulaciones

Aunque el envejecimiento es un factor que aumenta la probabilidad de desgaste articular, no es el único. Barry L. Bentley, profesor de bioingeniería en Cardiff Metropolitan University, afirmó que la edad cronológica no lo explica todo. Los antecedentes familiares, las lesiones previas y el estilo de vida también influyen en la salud de las rodillas.

Actividades de alto impacto, como correr en superficies duras o cargar peso excesivo sin técnica adecuada, pueden acelerar el deterioro del cartílago. Además, una alimentación poco saludable, el consumo de alcohol y el tabaquismo contribuyen a la inflamación crónica, un factor que daña lentamente las estructuras articulares.

Frente a esto, los especialistas recomiendan adoptar medidas preventivas como mantener un peso adecuado, consumir alimentos con propiedades antiinflamatorias y fortalecer los músculos con ejercicio. Actividades de bajo impacto como caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar tai chi ayudan a mejorar la movilidad sin forzar las articulaciones.

Consulta médica, un paso clave cuando hay señales de alerta

Si bien los ruidos articulares suelen ser normales, es importante prestar atención a su evolución. Si se acompañan de dolor constante, inflamación o dificultad para mover la rodilla, lo mejor es acudir con un especialista. El diagnóstico temprano de condiciones como la artrosis puede mejorar notablemente el pronóstico del paciente.

Las investigaciones más recientes destacan que, aunque el crepitus se asocia con cambios en la estructura de la articulación, como lo muestran las resonancias magnéticas, no hay una relación directa con la intensidad del dolor o el nivel de funcionalidad. Esto significa que no todos los crujidos indican una enfermedad activa.

Como resumen, los expertos sugieren que las personas no deben alarmarse ante cada chasquido, pero sí mantenerse informadas y atentas a otros síntomas. Entender cuándo es parte de la normalidad y cuándo es señal de un problema puede marcar la diferencia en el cuidado de la salud articular a largo plazo.

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