¿Cuál es la explicación científica de la risa y cuáles son sus efectos terapéuticos?
Está presente desde los primeros meses de vida y también se observa en al menos 65 especies animales, lo que sugiere un origen evolutivo antiguo.

CIUDAD DE MÉXICO.- Reír con alguien que apenas conocemos es una experiencia común y poderosa. Aunque no compartamos idioma ni cultura, la risa puede surgir de una broma simple o incluso por el contagio del sonido de otra carcajada. Esto se debe a que la risa no depende de entender, sino de sentir, y funciona como un reflejo que nos conecta con otros en segundos.
Una reacción que va más allá del idioma
Desde muy pequeños, los humanos comienzan a manifestar esta respuesta biológica. Los bebés sonríen hacia el primer mes de vida y empiezan a reír alrededor de los tres meses, incluso sin comprender su entorno. De manera similar, personas sordociegas también ríen espontáneamente, lo que indica que la risa es una reacción innata, no aprendida por imitación.
Este comportamiento tampoco es exclusivo de los humanos. Se ha documentado que al menos 65 especies animales, como perros, ratas, delfines o simios, emiten sonidos similares a la risa mientras juegan o al recibir cosquillas. Esto sugiere que la risa tiene raíces evolutivas muy profundas y cumple una función social desde hace millones de años.
¿Por qué algo nos da risa?
La gelotología, ciencia que estudia la risa, ha planteado varias teorías para explicar por qué ciertos estímulos nos resultan graciosos. Aunque no hay una respuesta definitiva, muchos expertos coinciden en que la risa ocurre cuando algo rompe nuestras expectativas de forma sorpresiva, pero sin representar una amenaza. Esto se conoce como incongruencia benigna.
Un ejemplo clásico es el tropiezo con una cáscara de plátano: primero hay sorpresa, y al ver que nadie salió herido, sentimos alivio, lo que se convierte en risa. Por eso un accidente grave no resulta gracioso, ni un chiste predecible genera risa. Sin embargo, lo que cada persona considera cómico varía mucho dependiendo de la cultura, el contexto y la experiencia individual.
A nivel cerebral, la risa involucra distintas áreas. Detectamos lo inesperado en la corteza prefrontal, evaluamos si es inofensivo con ayuda de la unión temporo-occipital, y luego se activan zonas ligadas a la recompensa, como el núcleo accumbens y la amígdala, que liberan dopamina y provocan placer. Este proceso ocurre en cuestión de segundos y explica por qué reír puede sentirse tan bien.
Humor según la edad y la experiencia
No todas las risas son iguales. Algunas nacen de un placer genuino y otras tienen fines sociales, como integrarse a un grupo. La risa espontánea es automática y activa regiones cerebrales ligadas al placer, mientras que la risa voluntaria es aprendida y controlada por áreas responsables del movimiento consciente.
También hay diferencias según la edad. En los jóvenes, la risa suele estar más vinculada al placer inmediato, por lo que prefieren el humor físico o absurdo. En cambio, los adultos tienden a disfrutar del sarcasmo o del humor con referencias culturales, ya que procesan el chiste con ayuda de la memoria y la reflexión.
Esto refleja cómo el humor evoluciona con la vida. Lo que a un adolescente le hace reír a carcajadas puede dejar indiferente a un adulto, y viceversa. Aun así, en cualquier etapa de la vida, la risa tiene beneficios profundos que van más allá de pasar un buen rato.
Los efectos curativos de reír
Reír no solo mejora el estado de ánimo, también tiene beneficios comprobados para la salud. Al activar el sistema opioide endógeno, el cuerpo libera sustancias como dopamina y serotonina, asociadas con la reducción del estrés, el alivio del dolor y la mejora del bienestar general.
Estudios han demostrado que reír con frecuencia puede mejorar la calidad de vida en personas mayores, ayudándoles a mantener mejor movilidad y salud mental. La risoterapia, por ejemplo, se usa como técnica complementaria para aliviar síntomas de ansiedad, depresión e insomnio.
Incluso en hospitales, la risa tiene un rol importante. En entornos pediátricos, la presencia de payasos o “payamédicos” ayuda a reducir el miedo y el dolor en niños durante procedimientos médicos, demostrando que la risa puede ser tan poderosa como una medicina.
Reír: más que una reacción, una necesidad
En resumen, la risa es una herramienta fundamental para la vida. No es solo una muestra de alegría, sino un reflejo biológico, una vía de conexión social y una fuente de bienestar físico y emocional. Su carácter universal y contagioso demuestra que, muchas veces, no hace falta hablar el mismo idioma para compartir un momento significativo.
Aprender a reír más, a encontrar motivos de alegría en lo cotidiano, puede ser tan importante como alimentarse bien o hacer ejercicio. Porque como decía el humorista danés Victor Borge, “la risa es la distancia más corta entre dos personas”. Y en tiempos complejos, cerrar esa distancia puede marcar una gran diferencia.
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