Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Lo Curioso / avestruz

¿Los avestruces realmente entierran la cabeza en el suelo?

Aunque durante siglos se ha creído que los avestruces esconden la cabeza en la arena cuando tienen miedo, esta idea es solo un mito.

¿Los avestruces realmente entierran la cabeza en el suelo?

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante generaciones, los avestruces han sido retratados como animales cobardes que esconden la cabeza en la arena cuando se enfrentan a problemas o peligros. Esta creencia ha dado pie a expresiones populares como “no escondas la cabeza como el avestruz”, utilizadas para señalar a quien evita una confrontación. Sin embargo, esta idea no tiene sustento científico y proviene de un malentendido histórico que ha perdurado hasta nuestros días.

Un malentendido con siglos de historia

El origen del mito se remonta a la Antigua Roma, cuando el naturalista Plinio el Viejo escribió en su Historia Natural que los avestruces creían estar completamente ocultos al esconder la cabeza entre arbustos. A partir de esa observación, el comportamiento de estas aves fue malinterpretado y amplificado con el tiempo, hasta llegar a ser parte del imaginario colectivo.

Aunque su gran tamaño y sus largas patas podrían hacer pensar que no tienen nada que temer, su conducta ha sido vista erróneamente como señal de cobardía. Pero lejos de esconder la cabeza, los avestruces muestran comportamientos completamente distintos, que tienen explicaciones prácticas y biológicas.

Comportamientos malinterpretados

Uno de los motivos por los que se cree que los avestruces esconden la cabeza es su hábito de acercarla al suelo con frecuencia. Desde la distancia, debido al tamaño reducido de su cabeza en comparación con su cuerpo, puede parecer que ha “desaparecido”. Esto ocurre, por ejemplo, cuando estas aves se alimentan o recogen piedritas del suelo, llamadas gastrolitos, que les ayudan a triturar la comida dentro de su sistema digestivo.

Otro comportamiento que alimenta el mito está relacionado con la incubación de los huevos. Los avestruces anidan en hoyos cavados en la arena, y usan sus picos para girar los huevos, lo cual evita su sobrecalentamiento. Durante esta tarea, es común verlos agachados, con la cabeza cerca o incluso dentro del nido, lo que a simple vista podría confundirse con una actitud de “enterrar la cabeza”.

Estos comportamientos, completamente normales y necesarios para su supervivencia, han sido malinterpretados por siglos. Pero si uno observa con atención, no se trata de una respuesta al miedo, sino de tareas rutinarias en su vida diaria.

Un ave preparada para el peligro

Cuando se enfrentan a situaciones de peligro, los avestruces no se comportan como lo sugiere el dicho popular. De hecho, suelen escapar corriendo a velocidades que pueden superar los 60 kilómetros por hora. En caso de no poder huir, su estrategia no es enterrar la cabeza, sino permanecer inmóviles en el suelo, con el cuello y la cabeza estirados y alineados al ras del suelo. Esta postura, combinada con la coloración de sus plumas, les permite confundirse con el paisaje.

Este mismo comportamiento lo emplean al empollar sus huevos. Las hembras, de plumaje gris, los cuidan durante el día, y los machos, con plumaje oscuro, lo hacen por la noche, ayudando a que el nido pase desapercibido ante posibles depredadores.

También podría interesarte: “Su madre solo la grabo.”: Niña la cual fue llevada a un safari en carro es asustada por avestrus que metio su cabeza hasta el carro para robarle alimento

Si ninguna de estas estrategias funciona, los avestruces no dudan en usar sus fuertes patas como defensa. Un solo golpe puede ser muy peligroso para sus enemigos. Así que, contrariamente a su reputación, estos animales no son cobardes, sino aves bien adaptadas y decididas cuando se trata de protegerse a sí mismos o a sus crías.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados