Despertar con dificultad no siempre es falta de voluntad: qué es la inercia del sueño
Aunque puede durar hasta dos horas, se puede reducir con hábitos saludables como dormir al menos siete horas, mantener horarios constantes y usar alarmas luminosas.

CIUDAD DE MÉXICO.- Despertar por la mañana puede ser complicado para muchas personas, pero esta dificultad no siempre se debe a flojera o falta de motivación. Según especialistas, existe un fenómeno fisiológico llamado inercia del sueño que explica por qué algunas personas se sienten confundidas o aturdidas justo al levantarse. Se trata de un estado transitorio en el que el cuerpo y la mente tardan en activarse por completo.
Una reacción natural del cuerpo al despertar
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), esta fase suele durar entre 30 y 60 minutos, aunque en algunos casos puede extenderse hasta dos horas. Durante ese tiempo, es común experimentar bajo rendimiento mental y una notable falta de alerta. La Dra. Beth Malow, experta en medicina del sueño en Vanderbilt, lo describe como “ese momento en que uno no puede despertarse sin gran dificultad”.
Los especialistas coinciden en que no es una señal de problema grave, pero sí puede mejorar si se cambian algunos hábitos. Dormir menos de siete horas por noche o tener horarios irregulares aumenta las probabilidades de sufrir inercia del sueño al despertar.
Síntomas comunes y causas posibles
Los síntomas varían, pero suelen incluir desorientación, lentitud para pensar y dificultad para reaccionar a estímulos, según la Dra. Malow. Muchas personas reportan sentirse todavía medio dormidas incluso después de que ha sonado la alarma varias veces. El neurólogo W. Christopher Winter señala que algunas personas logran activarse rápido, mientras que otras sienten la necesidad de seguir durmiendo por más tiempo.
Para distinguir entre una inercia normal y un posible problema médico, el Dr. Winter sugiere observar si los síntomas desaparecen después de realizar tareas simples como ducharse o vestirse. Si el letargo persiste más allá de este punto, podría ser un indicio de algún trastorno del sueño no diagnosticado.
Aunque la falta de sueño es una de las principales causas, no es la única. También influyen factores como interrupciones frecuentes durante la noche, fases de sueño demasiado ligeras o cambios constantes en los horarios para dormir y despertar, los cuales pueden desajustar el ritmo natural del cuerpo, conocido como ritmo circadiano.
Recomendaciones para despertar mejor
A pesar de que la inercia del sueño puede afectar a cualquier persona, los expertos recomiendan varias medidas para reducir su impacto. Dormir al menos siete horas diarias es el primer paso, ya que permite una recuperación física y mental adecuada. Además, mantener horarios regulares para acostarse y levantarse ayuda a que el cuerpo se adapte y se despierte con mayor facilidad.
Otra recomendación útil es limitar la exposición a luces brillantes y evitar la actividad intensa por la noche. Algunas personas también han encontrado alivio utilizando alarmas luminosas que simulan el amanecer y permiten un despertar más natural. Incluso el uso del botón de repetición del despertador, aunque mal visto, puede ayudar en ciertos casos a hacer más suave la transición del sueño a la vigilia.
La Dra. Malow enfatiza que lo más importante es mantener una rutina constante y estar atentos a los síntomas que no desaparecen. Si después de aplicar estas estrategias la sensación de aturdimiento persiste, es fundamental acudir con un profesional en medicina del sueño para descartar posibles trastornos.
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