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Hoy es la Luna de Fresa: ¿a qué hora se puede ver?

La Luna llena de junio de 2025, conocida como Luna de Fresa, ofreció un espectáculo astronómico especial por su inusual altura en el cielo: baja en el hemisferio norte y alta en el sur.

Hoy es la Luna de Fresa: ¿a qué hora se puede ver?

CIUDAD DE MÉXICO.- La Luna llena de junio, conocida como la Luna de Fresa, volvió a capturar la atención de miles de personas en todo el mundo la noche de hoy, 11 de junio. Aunque ver la Luna llena puede parecer algo rutinario, este evento astronómico reúne condiciones particulares tanto en el hemisferio norte como en el sur, lo que lo convierte en una ocasión especial para la observación del cielo nocturno.

Un fenómeno astronómico singular

Según la NASA, esta plenilunio será inusual por su posición en el cielo: en el hemisferio norte aparecerá particularmente baja en el horizonte, mientras que en el hemisferio sur se elevará más alto de lo normal. Este contraste visual tiene su explicación en la mecánica celeste y en un ciclo astronómico que ocurre cada 18,6 años, conocido como precesión nodal.

La fase llena alcanzará su punto máximo el día de hoy, 11 de junio a las 02:44 a. m., hora del centro de México Para los observadores atentos, este espectáculo representa mucho más que una imagen bonita: es la manifestación visible de un complejo sistema de movimientos orbitales.

Mecánica celeste y grandes paradas

La Luna gira alrededor de la Tierra con una inclinación de 5,15 grados respecto a la eclíptica, lo que provoca variaciones notables en su posición mes a mes. Esta inclinación ha sido observada por siglos y permite fenómenos como los eclipses o las diferencias en altura durante las lunas llenas según el lugar del planeta desde donde se miren.

Cada 18,6 años, se alcanza un punto máximo de estos movimientos, conocido como una gran parada lunar, cuando la Luna aparece en sus posiciones más extremas en el cielo. La última gran parada fue en 2006, y la siguiente ocurrirá en 2025, lo que explica la rareza del fenómeno actual. La Luna de Fresa de este año anticipa ese momento, y por eso su observación adquiere un interés especial tanto científico como cultural.

Para quienes observan desde el hemisferio norte, la Luna baja en el cielo coincide con el solsticio de junio, cuando el Sol alcanza su punto más alto y la Luna, en oposición, se posiciona más cerca del horizonte. Esta ubicación también puede darle un tono rojizo, no por un cambio en su superficie, sino por la forma en que la atmósfera terrestre refracta la luz, dispersando los colores fríos y dejando pasar los cálidos.

Tradición, agricultura y leyendas

Más allá de los datos técnicos, el nombre Luna de Fresa tiene raíces culturales profundas. No hace referencia a un color, como muchos creen, sino a un momento clave en el calendario agrícola de las comunidades indígenas del norte de América. Estas sociedades bautizaron así la luna llena de junio por coincidir con el inicio de la cosecha de fresas silvestres.

En la década de 1930, el Maine Farmer’s Almanac recopiló estos nombres tradicionales y los difundió, dándoles popularidad fuera de Estados Unidos. Hoy en día, estos términos son utilizados por portales de divulgación científica para conectar el conocimiento astronómico con el legado cultural de diferentes pueblos.

Además de la Luna de Fresa, existen otros nombres para la luna llena de junio, como luna de hidromiel en Europa, o luna rosa, luna de flores y luna de plantación en distintas regiones de América del Norte. Todos estos apelativos reflejan la antigua costumbre de relacionar los ciclos lunares con la agricultura, las festividades y las tareas de cada estación.

La Luna como guía ancestral

La Luna siempre ha funcionado como una especie de calendario natural. Para muchas culturas, sus fases indican el momento ideal para sembrar, cosechar o incluso planear actividades sociales. Hoy, esta costumbre sigue viva, especialmente entre jardineros, agricultores y quienes buscan reconectar con los ritmos naturales.

La NASA recuerda que cada fase lunar ofrece condiciones distintas para la observación del cielo: la luna llena y el cuarto creciente iluminan bien la superficie lunar, mientras que la luna nueva y el cuarto menguante ofrecen cielos más oscuros, perfectos para ver estrellas y planetas. En este sentido, la Luna es también una aliada para los aficionados a la astronomía.

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En julio de 2025, el calendario celeste traerá consigo otra luna llena: la Luna del Ciervo, así nombrada por las tribus del norte de América que notaban que los ciervos desarrollaban nuevas astas en esta época del año. Así, cada nombre lunar cuenta una historia distinta, recordándonos que mirar el cielo no es sólo un acto de ciencia, sino también de memoria y cultura.

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